UNA CIUDAD SIN COMPARACIÓN

21 Ago 2013

“La ciudad no necesita ni sol ni luna que la alumbren, porque la gloria de Dios la ilumina, y el Cordero es su lumbrera” (Apocalipsis 21:23 NVI)

Hoy podemos ver muchos aparatos y dispositivos que nos dejan con la boca abierta, éstos, son capaces de hacer muchas cosas en poco segundos, de interactuar con el ser humano, satisfaciendo rápidamente sus requerimientos. En definitiva, la tecnología avanza sin frenos, y ya alcanzó a las ciudades. ¿Te has imaginado vivir en una ciudad con la que puedes interactuar?, es decir, tratarla como un organismo vivo, que pueda satisfacer a tus necesidades. Y estas ciudades ya no son un sueño lejano, porque ya están siendo construidas desde Masdar en Abu Dhabi hasta Songdo en Corea del Sur.

“En el futuro, todo lo que hay en una ciudad, desde la red eléctrica pasando por las tuberías de alcantarillado y hasta las calles, edificios y automóviles estarán conectados a una red. Habrá edificios que le apagarán la luz, carros que se manejen solos encontrarán ese tan anhelado espacio de parqueo. Hasta los basureros serán inteligentes”.[1] Y todo será posible a través del monitoreo de millones de sensores que estarán presentes en todos los edificios, carreteras, casas y parques, todas las construcciones del futuro tendrán un plano específico de las ubicaciones de sensores inteligentes. “Muchas corporaciones que se dedican a la tecnología como IBM, Siemens, Microsoft, Intel y Cisco actualmente tienen una enorme actividad comercializando software para resolver gran cantidad de problemas de las ciudades, desde escapes de agua hasta contaminación del aire y congestión vial”.[2] Por ejemplo, “en Singapur, Estocolmo y California IBM está recolectando información del tráfico y probándola a través de algoritmos para predecir dónde ocurrirá un embotellamiento una hora antes de que suceda. Mientras tanto, Río de Janeiro cuenta con un centro de control al estilo de la NASA donde múltiples pantallas absorben la información generada por sensores y cámaras ubicados alrededor de la ciudad. En total, IBM tiene alrededor de 2.500 proyectos alrededor del mundo e, incluso, ha registrado la marca “ciudades más inteligentes” (*Smarter Cities*)”.[3] En resumen, estas ciudades serán tan inteligentes que no solo controlarán el tráfico, sino también los niveles de contaminación, el clima, el nivel del agua en el río, y la convivencia entre las personas, porque se estima que para el año 2050 el 75% de la población mundial vivirá en zonas urbanas, algo que pondrá presión sobre la red de transporte, los servicios de emergencia y los servicios públicos que ya están llegando a sus límites de capacidad.

Dicen los expertos que las ciudades del futuro construidas por el hombre, romperán todo esquema que conocemos hoy, serán sorprendentes e inigualables. Sin embargo, ninguna ciudad se podrá comparar a la Nueva Jerusalén, la ciudad construida por Dios. La forma de esta ciudad será cuadrada y su medida es lo mismo de largo y de ancho. El terreno donde será construida esta magnífica ciudad es de dos mil doscientos kilómetros, tanto en su longitud, su anchura y su altura.[4] Sus paredes que la delimitan, miden sesenta y cinco metros de ancho, como una súper carretera de ocho carriles. Y si creíste que esto es impresionante, la belleza deslumbrante de esta ciudad deja absorto a cualquiera: “La muralla estaba hecha de jaspe, y la ciudad era de oro puro, semejante a cristal pulido. Los cimientos de la muralla de la ciudad estaban decorados con toda clase de piedras preciosas: el primero con jaspe, el segundo con zafiro, el tercero con ágata, el cuarto con esmeralda, el quinto con ónice, el sexto con cornalina, el séptimo con crisólito, el octavo con berilo, el noveno con topacio, el décimo con crisoprasa, el undécimo con jacinto y el duodécimo con amatista. Las doce puertas eran doce perlas, y cada puerta estaba hecha de una sola perla. La calle principal de la ciudad era de oro puro, como cristal transparente”.[5]

Sin embargo, hay algo más asombroso en esta ciudad, y es que no necesita ninguna planta gigantesca de energía que pueda sustentar todas sus actividades, problema agudo que los científicos no pueden resolver para sostener a las ciudades del futuro, porque Dios mismo es la energía y sustento de la Nueva Jerusalén, por eso la “ciudad no necesita ni sol ni luna que la alumbren, porque la gloria de Dios la ilumina, y el Cordero es su lumbrera”. Esto es para decir “amén” muchas veces.

Finalmente, las grandes ciudades del futuro, estarán repletas de gente, y es otro de los grandes problemas sin respuestas para los grandes pensadores humanos, porque ¿cómo se podrá satisfacer todas sus necesidades básicas? Sin embargo, la Gran Jerusalén, es también diferente en ese aspecto, porque a diferencia de la superpoblación futura, cada rincón de sus magníficos palacios, residencias y parques están vacías, esperándonos, a ti y a mí, a tu familia y a la mía, porque “sus puertas estarán abiertas todo el día, pues allí no habrá noche”, para ver la llegada triunfante de los vencedores.

Mi amigo (a), ¡Cuánto deseo vivir en la ciudad de Dios!, ¡cuánto me gustaría pasear con mi familia por sus calles!, ¿y a ti?, pero recordemos que “nunca entrará en ella nada impuro, ni los idólatras ni los farsantes, sino sólo aquellos que tienen su nombre escrito en el libro de la vida, el libro del Cordero”,[6]por eso, ¡asegurémonos de estar en esa lista!.////