SUEÑO PROFUNDO
“En paz me acuesto y me duermo, porque solo tú, Señor, me haces vivir confiado” (Salmos 4:8 NVI).
A principios de la década de 1990, el historiador Roger Ekirch atravesó la entrada arqueada de la Oficina de Registro Público de Londres, un imponente edificio gótico que albergó los Archivos Nacionales del Reino Unido desde 1838 hasta 2003.

Ekirch estaba preparando la escritura de un libro sobre la historia de la nocturnidad, y había estado revisando registros desde la Edad Media hasta la Revolución Industrial. Allí, entre las interminables filas de papeles de vitela y manuscritos antiguos, encontró testimonios de una práctica que parecía normal, pero era extraño: La noche de sueño dividida en dos.
En los meses siguientes, Ekirch revisó más archivos y encontró muchas más referencias de este misterioso fenómeno del sueño doble, o «sueño bifásico», como lo llamó más tarde.
El “sueño bifásico” del siglo XVII, constaba de dos partes:
- Primer sueño: Desde las 21:00 hasta las 23:00.
- Segundo sueño, “reloj” o sueño mañanero: Desde la 01:00 hasta el amanecer.
Entre ambos sueños había un “hueco libre”, que duraba normalmente un par de horas (23:00 hasta 01:00). En ese lapso, la gente hacía cualquier cosa, desde volver al trabajo de campo, vigilar a los animales, tareas domésticas, intimidad entre las parejas, realizar reuniones religiosas y hasta filosofar. Ese tiempo era valioso y muy aprovechado.
Cuando el historiador amplió su búsqueda para incluir bases de datos online de otros registros escritos, pronto quedó claro que el fenómeno estaba más generalizado y normalizado de lo que jamás hubiese imaginado. Por ejemplo, los primeros sueños se mencionan en una de las obras más famosas de la literatura medieval, «Los cuentos de Canterbury», de Geoffrey Chaucer (escrita entre 1387 y 1400).También están incluidos en Beware the Cat (1561), del poeta William Baldwin, la primera novela de la historia, sobre un hombre que aprende a entender el lenguaje de unos aterradores gatos sobrenaturales, en el “hueco libre”.

Ekirch también encontró referencias al sistema de dormir dos veces en cientos en cartas, diarios, libros médicos, escritos filosóficos, artículos periodísticos y obras de teatro. Asimismo, descubrió que el «sueño bifásico» no era exclusivo de Inglaterra: se practicaba ampliamente en todo el mundo preindustrial.
Este descubrimiento, llevó al historiador a descubrir también, que gran parte de la humanidad abandonó el sistema de dos sueños, a partir de principios del siglo XIX. La principal razón fue la Revolución Industrial.
La iluminación artificial se volvió más predominante y poderosa, y además de alterar los ritmos circadianos de las personas, permitió que se quedaran despiertas más tarde. Sin embargo, aunque la gente ya no se acostaba a las 21:00, tenían que despertarse a la misma hora de la mañana, por lo que su descanso se vio truncado. Ekirch cree que esto hizo que su sueño fuera más profundo, porque había cansancio y estaba comprimido.
Entonces, además de alterar los ritmos circadianos de la población, la iluminación artificial alargaba el primer sueño y acortaba el segundo. A finales del siglo XX, la división entre los dos sueños había desaparecido por completo: la Revolución Industrial no solo había cambiado nuestra tecnología, sino también nuestra biología.
Mi apreciado(a) amigo(a), quizás hoy la gente ya ni duerme. Las calles por las noches están llenas de sonámbulos y las casas de gente que no puede dormir. Cada año, los centros nocturnos obtienen más ganancias y las farmacéuticas facturan jugosas ganancias con sus pastillas que adormecen y hacen dormir.
Un amigo que sufría de trastornos del sueño me decía: “No puedo dormir, y si duermo tengo pesadillas, y quiero despertar. Si tomo algo para dormir, amanezco peor, como si me hubieran dado a palazos en todo el cuerpo. Cuando se acerca la noche empiezo a temblar”.

No se cómo va tu experiencia con el sueño, pero algo quiero que lo tengas presente: una cosa es dormir, y otra descansar. El sueño saludable es aquel que te permite dormir con descanso. La prueba de eso es que te levantas renovado, agradecido y con ganas de correr de nuevo tras tus objetivos. Para lograrlo considera: comer saludablemente y muy poco por las noches, acostarse lejos de los aparatos electrónicos, mantenerse en movimiento durante el día, toma una ducha tibia, aprender a vivir un día tras otro y sobre todo, vivir bajo los principios de la Biblia y confiar en que Dios lo tiene todo bajo control. Cuando vives así, llega la noche y mientras vas cediendo al sueño reparador exclamas seguro: “En paz me acuesto y me duermo, porque solo tú, SEÑOR, me haces vivir confiado”. ¿Qué piensas?… ¿qué decides?////////////////.
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Gracias por los buenos y saludables consejos que das en esta reflexión, joe, es verdad que el estudio de la Biblia a diario y la confianza en el Señor, hacer ejercicio y comer sano nos ayudan a estar sanos y saludables en cuerpo y mente. Bendiciones!!!!