SOMOS PRECIOSOS

“A cambio de ti entregaré hombres; ¡a cambio de tu vida entregaré pueblos! Porque te amo y eres ante mis ojos precioso y digno de honra” (Isaías 43:4 NVI)

1_1232243700_en-la-cima-xxxUn estudio reciente de la marca Dove, da cuenta que las mujeres son sumamente autoexigentes con su imagen y la mayoría de ellas se sienten menos bellas de lo que son. Considero que la vida es un milagro y eso lo hace hermoso, entonces cada ser humano es una persona bella,  especialmente las mujeres, que son provistas de una ternura y sensibilidad innatas. Sin embargo en esta investigación, “un grupo de mujeres se describió ante un experto retratista del FBI, quien siguiendo su descripción las dibujó. El experto hizo un segundo retrato de las mismas mujeres con descripciones de amigos y familiares. El resultado fue increíble. El retrato de estas mujeres, hechos por sí mismas, eran mucho más desfavorables. En simple, las mujeres se sienten y perciben mucho menos bellas de lo que son. Según los representantes de la agencia que elaboró la idea, Ogilvy Brazil, solo un 4% de las mujeres se consideran guapas”.[1]

En un mundo negativo, es tan normal, que el ser humano sea negativo. El abuso, la mentira, la hipocresía, y los prototipos de belleza falsa, han calado hondamente en la autoestima y el autoconcepto humano, de tal forma que una persona se para frente a un espejo y no se da cuenta de quién verdaderamente es, lo que vale y lo que le espera. Es tan fuerte el golpe del pecado, que ha desfigurado la belleza del hombre, es tan fuerte el sonido del pecado que le es imposible escuchar la voz de Dios que le dice: “A cambio de ti entregaré hombres; ¡a cambio de tu vida entregaré pueblos! Porque te amo y eres ante mis ojos precioso y digno de honra”. El ser humano sin Dios, no sabe quién es, se describe de una forma equivocada, no valora su vida e ignora lo que que viene.

Hay una verdad que se escucha más fuerte que el ruido ensordecedor de la imagen falsa que el ser humano tiene de sí mismo, y que se escuchó en el mismo inicio de la historia de este mundo: “Hagamos al ser humano a nuestra imagen y semejanza”.[2] Era Dios el Creador, diciéndote: “Hijo, haz salido de mis manos, tienes mi esencia, eres precioso, vales tanto, que solamente mi vida pudo pagar tu precio…”. Pero el capítulo que antecede al de nuestro versículo, muestra al ser humano que no puede ver su verdadera belleza,  ni escuchar lo que le espera: “¿Quién es más ciego que mi siervo, y más sordo que mi mensajero? ¿Quién es más ciego que mi enviado, y más ciego que el siervo del SEÑOR?”.[3] El pecado ha arruinado la visión del hombre que solamente corre sin saber para donde va, no cree, se revela, se siente menos, vive sin esperanza, como un hijo que lo ha perdido todo, y aunque Dios se siente humillado, no se da por vencido, y le recuerda su amor a pesar de toda su rebeldía. Henry y Lacueva comentan que “aunque muchos de ellos eran rebeldes, Dios continúa amando a Su pueblo, y el remanente de la nación será preservado por la misericordia divina. Por en medio de las densas nubes, se filtra así un brillante y sorprendente rayo de luz. Las expresiones del amor de Dios a Israel son aquí extremadamente ricas y abundantes”.[4]

El ser humano actual, como “Jacob e Israel, a pesar de su miserable condición pecaminosa, hallarán misericordia, porque: (A) Son hechura especial de Dios… no sólo les dio el ser, sino los formó como pueblo, instituyó su gobierno y les otorgó Su pacto. (B) Son el pueblo de Su adquisición: Él los ha comprado y los ha vuelto a comprar, pues eso significa redimir. Los rescató primeramente de la tierra de Egipto, los rescatará luego de Babilonia y, después, hasta el fin, de todas las esclavitudes que hayan llegado a padecer. (C) Son Su pueblo de un modo especial, pues lo ha llamado por su nombre y llevan Su nombre: son el Israel de Dios. (D) Jehová ha pactado con ellos como su Dios. No tienen, pues, por qué temer, pues Dios está por ellos”.[5]HelpMe

Mi amigo (a), no eres lo que piensas, eres mucho más. Dios te ama, dio su vida por ti, porque eres tan valioso y digno de toda honra. No te quedes frente al espejo mirando la ruina del pecado, ni valorando tu existencia por la belleza falsa que el mundo presenta. No te quedes sordo por los gritos de horror y de dolor que quitan las ganas de continuar, mira más allá, escucha la voz de Dios que te dice: “A cambio de ti entregaré hombres; ¡a cambio de tu vida entregaré pueblos! Porque te amo y eres ante mis ojos precioso y digno de honra”, y Pablo lo repite: “A los que predestinó, también los llamó; a los que llamó, también los justificó; y a los que justificó, también los glorificó”.[6]

Vales tanto que no deberías llamarte cómo aparece en tu documento de identidad, sino deberían llamarte: “Precioso(a)”.

Pr. Joe Saavedra

Desde la línea de batalla  y un poquito antes del retorno de Cristo…

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[2] Génesis 1:26 NVI

[3] Isaías 42:19 NVI

[4] Matthew Henry and Francisco Lacueva, Comentario Bı́blico De Matthew Henry (08224 TERRASSA (Barcelona): Editorial CLIE, 1999), 781.

[5] Ibid.

[6] Romanos 8:30 NVI

[youtube=http://www.youtube.com/watch?v=XpaOjMXyJGk]

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