SEGURIDAD (24 de junio de 2011)
“Porque tú, oh Señor Jehovah, eres mi esperanza, mi seguridad desde mi juventud” (Salmos 71:5 RVA)
Desde que nacemos nos aferramos a la seguridad. La naturaleza humana, al primer aviso de peligro, coloca a la persona en un estado de defensa y lo envuelve en temor. Como si dejara de caminar en suelo firme, para continuar en arenas movedizas. Para la pirámide de Maslow, la seguridad en el hombre ocupa el segundo nivel dentro de las necesidades de déficit.
Por eso el ser humano por naturaleza posee en su ser un reflejo de sobrevivencia que hace proteger su vida y lo lleva a reaccionar rápidamente ante el peligro, la escases o la amenaza de muerte. Nadie, ni tú ni yo, podemos decir que estamos fuera de esto. Siempre hay algo que nos produce miedo, que nos paraliza y activa nuestro centro de autoprotección.
Frente a todos nuestros temores y los peligros que este mundo nos presenta, no existe otro lugar a donde correr por seguridad, que los brazos de Jesús. No vas a encontrar algún rincón en el mundo, que te ofrezca paz real y duradera, que ese rincón donde te arrodillas y clamas por protección. Jehová es nuestra esperanza y nuestra seguridad.
Mi amigo, ser joven es pasar una etapa donde existen mayores peligros, miedos ocultos y lágrimas que nadie sabe. Si estas con miedo, y te cuesta mostrarte vulnerable, corre a Jesús, transforma tu habitación en el lugar más seguro y blindado de la tierra, y eso será así cuando te arrodilles y le entregues una vez más tu vida. ¡Hazlo hoy, hazlo todos los días!
Con aprecio
Pr. Joe Saavedra
Desde mi rincón de poder….
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