SECUESTRO

“De nuevo lo tentó el diablo, llevándolo a una montaña muy alta, y le mostró todos los reinos del mundo y su esplendor. —Todo esto te daré si te postras y me adoras” (Mateo 4:8-9 NVI)

25-Junio-2012-SecuestroUn secuestro es una de las experiencias más traumáticas que puede experimentar un ser humano. Los que han pasado por esa experiencia, manifiestan que pueden pasar los años pero que esos incidentes no se olvidan, y que recordarlos es pasar nuevamente por momentos de angustia.  Se entiende por “secuestro”, al “acto por el que se le priva de libertad de forma ilegal a una persona o grupo de personas, normalmente durante un tiempo determinado, y con el objetivo de conseguir un rescate u obtener cualquier tipo de crédito político, económico o mediático. Las personas que llevan a cabo un secuestro se conocen como secuestradores”.[1]  El secuestro, también puede ser conocido como “plagio”.

Revisando un poco sobre los secuestros más impactantes, puedo resaltar el secuestro Elisabeth, quién estuvo encerrada 24 años. Lo espeluznante de esto, es que el secuestrador fue su propio padre, conocido “el monstruo de Amstetten” (Austria), quién la encerró en un sótano de su casa, que había construido años antes con esa intención. Cuando la encerró, Elisabeth tenía 18 años, y la sometió a toda clase de abusos indescriptibles. Otro caso, fue el de Natascha Kampusch, quién fue secuestrada en 1998 con 10 años por el ingeniero Wolfgang Priklopil. El raptor había construido un zulo debajo del garaje de su casa unifamiliar, cerca de Viena, donde la niña vivió ocho años. Durante ese tiempo, Priklopil abusó de ella, la maltrató y la humilló. Otro secuestro escalofriante, fue el de la joven húngara de 27 años, encerrada durante 13 años por su padre, que la sometió a un infierno de malos tratos y repetidas violaciones, además de pegar a la madre, gravemente enferma. Los que al rescataron la describieron como «una niña de 12 años con canas». Otra historia dramática proviene de Brasil, donde María Aparecida Rosa y a sus dos hijas sufrieron durante años las amenazas de Ary Hernández Castijo, un agricultor brasileño, detenido en 2008 acusado de haber mantenido encerrada durante 18 años a su esposa e hijas, de 14 y 6 años. Esto sucedió en Pedranópolis, a 563 kilómetros de São Paulo. Durante ese tiempo, las pequeñas apenas pudieron ir a la escuela mientras que su mujer estuvo recluida todo ese tiempo. esclavo-esclavitud

Asimismo, la experiencia que pasó Jaycee Lee Dugard, una joven, de 33 años, es otra prueba de lo terrible que es un secuestro. Ella fue secuestrada en 1991 en los alrededores de su casa en el lago Tahoe, al este de San Francisco, y fue encerrada 18 años. Durante el tiempo que estuvo cautiva, Lee Dugard tuvo dos hijas de su presunto secuestrador, como Phillip Craig, que mantuvo a las tres escondidas en tiendas y cobertizos instalados en la parte trasera del jardín de su casa. Y un reciente caso que ha conmocionado a la población mundial es la liberación de tres jóvenes de Cleveland (Ohio), que estaban desaparecidas desde hace una década. Ellas “fueron halladas este lunes con vida y en aparente buen estado de salud en una vivienda muy cercana a donde se las vio por última vez. La policía ha confirmado la detención de tres hermanos relacionados con el caso. Una niña de seis años, al parecer hija de una de las cautivas, también fue encontrada en la casa donde se cree que estuvieron todo este tiempo encerradas”.[2]

Todas estas experiencias confirman que un secuestro está relacionado a abusos crueles, golpes, miedo, lágrimas, encierro y muerte. Con razón, la “experiencia de un secuestro” es la más traumática y desesperante que puede pasar un ser humano. Por esta razón puedo afirmar que la causa más importante por el cual un ser humano pasa por la experiencia de abusos crueles, miedos, lágrimas, injusticia y desesperación es porque este mundo ha sido secuestrado y el secuestrador es el Diablo. Él mismo lo afirma cuando se presentó delante de Jesús, en el desierto para tentarle:[3] “De nuevo lo tentó el diablo, llevándolo a una montaña muy alta, y le mostró todos los reinos del mundo y su esplendor. —Todo esto te daré si te postras y me adoras”. El mundo no le pertenece a Satanás, el mundo y sus habitantes, le pertenecen a Dios. Satanás ofrece el mundo como si fuera suyo, porque se apoderó de él, lo ha secuestrado.

No debe sorprendernos vivir en una sociedad que respira angustia, dolor, miedo, desesperación y muerte, porque las cadenas del mal son fuertes y aprisionan sin compasión. El apóstol Pablo, decía que  era un “embajador en cadenas”, y pedía  que oren por él para que lo proclame valerosamente y eficientemente,[4] porque las cadenas del pecado atrapan tanto que liberarse es una dura batalla. Elena de White comenta que “cuando Satanás pretendió llegar a ser el dueño de todo el mundo, y le pidió que lo adorara como Dios, Aquel a cuya palabra hubieran acudido en su ayuda legiones de ángeles se limitó a decir: «Vete, Satanás, porque escrito está: Al Señor tu Dios adorarás, y a él sólo servirás» (Mat. 4: 10). Sólo comprendemos parcialmente la intensidad de este conflicto”.[5] Es decir, Satanás no es el dueño de este mundo, por lo tanto tiene el dominio por la fuerza. Y el Verdadero Dueño de este mundo, ¿hará algo por lo que le pertenece?, ¿cortará con el abuso del secuestrador? Buenas preguntas que allanan el camino para seguir escribiendo. Apocalipsis

Mi apreciado amigo (a), ten la certeza que todo el dolor, las angustias, los miedos y los abusos que experimentan los seres humanos, tienen un originador, quién ha secuestrado la alegría, la vida plena y la esperanza. Pero, todo esto tiene un final, porque los secuestros también tienen relación a los rescates, y ya se viene uno de magnitudes cósmicas, ¡prepárate!

Pr. Joe Saavedra

Desde la línea de batalla  y un poquito antes del retorno de Cristo…

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[1] http://es.wikipedia.org/wiki/Secuestro

[3] Mateo 4:1-11

[4] Efesios 6:20 NVI

[5] Cada día con Dios, 13 de septiembre.

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