SE LEVANTARÁ (Martes 16 de agosto de 2011)

“Yo sé que mi redentor vive, y que al final triunfará sobre la muerte” (Job 19:25 NVI)

El hombre tiene muchas formas de reaccionar cuando algo le sale mal, o cuando tiene que atravesar por valles de desgracias. Entonces, es normal ver a una persona llorar y gritar cuando perdió a un ser amado, y otras hasta de desmayan. Y frente a la enfermedad, unos se desconsuelan y otros se deprimen. En síntesis, desesperación, desconsuelo, rabia, deterioro personal, venganza, pérdida del apetito y hasta agresión, son algunas reacciones humanas frente a las pruebas de la vida.

¿Cómo reaccionas tú frente a una desgracia?, ¿qué haces frente a un problema inesperado e inmenso?, o ¿qué haces frente a alguna dificultad cotidiana? Lo normal es gritar y desesperarse, o en todo caso, correr en busca de ayuda humana y poner la confianza en ella.

Frente a las dificultades, es donde radica la diferencia entre el mundo y un hijo de Dios. Mientras muchos gritan y maldicen su existencia, un hijo de Dios utiliza una puerta que ellos no pueden ver, y que está allí: “confianza en la ayuda divina”.

Y puede ser que exista dolor, lágrimas y miedo, pero no hay desesperanza, porque el eco del grito esperanzador de Job todavía se escucha: “Yo sé que mi redentor vive…”, en otras palabras, “no estoy solo”, “sé qué este problema tiene solución”, “sé que pronto saldré de este drama”.

Mi amigo(a), es inevitable toparse con el dolor y la muerte de este mundo de pecado. Sin embargo, no importa cuando profundo o dolorosa sea la dificultad por el cual tengas que pasar, porque lo que debe importarte es estar en paz con Dios y descansar en sus promesas de liberación y protección.

Hoy es el día de reafirmar la confianza y dependencia de Dios, y a pesar del dolor o las lágrimas que ese problema te está causando repite como Job: “Yo sé que mi redentor vive, y que al final triunfará sobre la muerte”, o clama como David: “Tú eres mi refugio, mi fortaleza, el Dios en quien confío”.[1]… ¡amén!

Pr. Joe Saavedra

Desde mi rincón de poder y un poquito antes del retorno de Cristo…

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