SE BUSCA SABIOS(AS)
“Vale más la sabiduría que las piedras preciosas, y ni lo más deseable se le compara” (Proverbios 8:11 NVI).

Era 2018 y Lisa Piccirillo cursaba su doctorado en la Universidad de Texas, en Estados Unidos. Una mañana, se cruzó con el profesor de matemáticas Cameron Gordon y le comentó que unos días antes había resuelto el problema matemático conocido como el nudo de Conway. [1] El matemático empezó a gritar y se puso como loco, asimismo cuestionó a Piccirillo su falta de emoción. Quizás no sabía que Lisa no estaba al tanto que ese problema era demasiado difícil y famoso, puesto que por medio siglo nadie logró resolverlo.
El matemático Javier Aramayona, investigador en la Universidad Autónoma de Madrid y miembro del Instituto de Ciencias Matemáticas (ICMAT) de España, comentó que el problema del nudo de Conway[2] ha estado abierto durante mucho tiempo y muchos matemáticos brillantes han pensado en él sin poder resolverlo.
Tan importante fue lo que logró Piccirillo que el resultado ha sido publicado en una de las mejores revistas de matemáticas del mundo, Annals of Mathematics, y ha contribuido de manera significativa a que haya obtenido una plaza permanente en MIT después de poco más de un año desde su graduación.

Definitivamente, Lisa es muy inteligente, pero no puedo catalogarla de sabia porque no la conozco. Porque inteligencia y sabiduría son dos cosas distintas, aunque pueden estar relacionadas. No obstante, puede existir un sabio inteligente pero nunca un inteligente es intrínsicamente sabio.
Inteligencia, es la “capacidad natural de adquirir conocimientos y aprender habilidades”.[3] Si bien es cierto que los creyentes están llamados a desarrollar y utilizar sus mentes al máximo para el servicio de Dios y dedicar sus dones y habilidades a él, las Escrituras no enfatizan la inteligencia humana, porque prueba ser finalmente inútil cuando se trata de elegir entre lo bueno o lo malo. En esas decisiones morales y espirituales la sabiduría es el mejor atributo que el hombre debería adquirir.
En la Biblia, sabiduría es un término usado para muchas cosas que van desde la habilidad técnica del artesano[4] hasta el arte del gobierno.[5] No obstante, el sentido que más resalta es “la habilidad práctica de hacer frente a la vida (Prov. 1; 5; 11; 14) y la búsqueda de un estilo de vida de conducta ética adecuada(2: 9-11 )”.[6] En este contexto, la sabiduría se puede definir como la “capacidad de juzgar correctamente en asuntos relacionados con la vida y la conducta’, como ‘la capacidad de hacer frente’, como ‘conocimiento experiencial’, como ‘actividad intelectual’, como ‘el legado de los padres a sus hijos’ , o como ‘la búsqueda de la autocomprensión y el dominio del mundo’”.[7]

En resumen, podríamos decir que la sabiduría es la capacidad de discernir el bien y el mal y tomar la decisión de caminar por la senda de lo bueno. Sobre esto, se puede decir que la sabiduría se caracteriza por abarcar la teoría y la práctica. Teórica, porque lleva a diferenciar el bien y el mal, y práctica, puesto que induce a tomar acción en la dirección correcta. En cambio la inteligencia quizá sólo llegue hasta la parte teórica, puesto que no es raro encontrar personas que saben lo que es bueno y malo, pero no deciden por el bien, más insisten en transitar por la senda del mal. En este grupo están los creyentes inteligentes.
Asimismo, otra diferencia importante es que la inteligencia al ser natural significa que el ser humano nace con ella, en cambio la sabiduría se obtiene cuando hay empeño en buscarla. Por eso la Biblia dice que el “principio de la sabiduría es el temor de Jehová” y en practicar sus mandamientos.[8] Y al arroparse en la gracia de Dios y en sus principios redentores, Dios concede sabiduría, y de regalo conocimiento e inteligencia.[9] Es decir, el pack es completo para el que busca en el Señor y en su Palabra ser sabio: sabiduría, conocimiento e inteligencia.
Y cuando uno halla sabiduría, empieza una experiencia única y segura: “La sabiduría te librará del camino de los malvados, de los que profieren palabras perversas, de los que se apartan del camino recto para andar por sendas tenebrosas, de los que se complacen en hacer lo malo y festejan la perversidad, de los que andan por caminos torcidos y por sendas extraviadas”.[10]

Mi apreciado(a) compañero(a) de fe, Dios está buscando en estos tiempos peligrosos y de incertidumbre, hijos e hijas sabios/as, que sepan diferenciar entre el bien y el mal, y que decidan caminar por la senda del bien. No importa que seas muy inteligente y que sepas resolver las ecuaciones matemáticas más difíciles o que no hayas tenido una educación completa, si pides y buscas sabiduría, el Señor te la concede abundante y completa, porque Dios tiene un lugar especial para los “hombres que no se vendan ni se compren; hombres que sean sinceros y honrados en lo más íntimo de sus vidas; hombres que no teman dar al pecado el nombre que le corresponde; hombres cuya conciencia sea tan leal al deber como la brújula al polo; hombres que se mantengan de parte de la justicia aunque se desplomen los cielos”.[11] ¿Qué piensas… qué decides?///////////.

Desde mi rincón de poder… un poquito antes del retorno de Jesús…
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[1]El nudo de Conway, es un problema matemático famoso por la eminencia que lo propuso, el inglés John Horton Conway, y porque llevaba medio siglo sin respuesta.
[2]En 1970 Conway introdujo un nudo que tiene 11 cruces y desde entonces los matemáticos intentaban responder -sin éxito- si era slice o no. Los matemáticos, a la hora de clasificar los nudos, estudian distintas propiedades que tengan los nudos. Una de esas propiedades es la de ser o no slice.
[3]M. H. Manser, Diccionario de temas bíblicos, ed. Guillermo Powell (Bellingham, WA: Software Bíblico Logos, 2012).
[4]Éxodo 36: 8
[5]1 Reyes 3:12, 28
[6]Mark Allan Powell, ed., «wisdom», The HarperCollins Bible Dictionary (Revised and Updated) (New York: HarperCollins, 2011), 1106.
[7]E. J. Schnabel, «Wisdom», en New dictionary of biblical theology, ed. T. Desmond Alexander y Brian S. Rosner, electronic ed. (Downers Grove, IL: InterVarsity Press, 2000), 843.
[8]Salmos 111:10 NVI
[9]Proverbios 2:6 RVA60
[10]Proverbios 2:12–15 NVI
[11]Elena de White, La Educación, 57.
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