SE ACABA EL TIEMPO
“Ustedes, en cambio, hermanos, no están en la oscuridad para que ese día los sorprenda como un ladrón. Todos ustedes son hijos de la luz y del día. No somos de la noche ni de la oscuridad. No debemos, pues, dormirnos como los demás, sino mantenernos alerta y en nuestro sano juicio” (1 Tesalonicenses 5.4–6, NVI)
La humanidad no es ajena a los últimos acontecimientos que el mundo está pasando, conflictos incesantes, distribución desproporcionada de las riquezas, explotación desmedida de los recursos naturales, deterioro de los sistemas ecológicos, degradación de los principales valores, inseguridad creciente en las calles, el despertar del odio entre seres humanos y los conflictos raciales. La alerta se ha encendido, de tal forma que un grupo de científicos han adelantado el reloj del juicio final 30 segundos. Ahora este reloj está a dos minutos y medio de la medianoche, considerada «la hora oscura» en la que terminará la civilización humana.
Si no lo sabías, este simbólico reloj se creó hace 70 años, en 1947, dos años después del bombardeo atómico de Estados Unidos sobre Japón.[1] Ese año fue instalado en las oficinas del BAS[2] en Chicago. La idea surgió de un grupo de científicos que ayudaron a desarrollar las primeras armas atómicas, pues consideraron que debían crear algo simbólico que advierta de cuán vulnerable puede llegar a ser el mundo. Aunque, originalmente se buscaba plasmar a través del reloj la preocupación en torno a la aniquilación nuclear, el BAS ahora considera que existen otros peligros en contra de la seguridad global. Y justamente, esos otros peligros, han hecho que por segunda vez la hora se adelante tanto a la medianoche desde que fue creado.
Pero, ¿por qué se ha movido medio minuto más cerca de la medianoche?, si durante los últimos dos años, el minutero se había situado tres minutos antes de la hora final, es decir, a las 23:57. El BAS indicó que el peligro de un desastre global es «aún mayor» en 2017, por eso era necesario mover las agujas 30 segundos adelante. Alcanzaron esta conclusión por los siguientes factores:
En primer lugar, los científicos consideran que estamos en mayor peligro por los comentarios perturbadores sobre el uso y la proliferación de armas nucleares hechos por Donald Trump, así como su escepticismo y el de su gabinete hacia el inmenso consenso de los científicos sobre el cambio climático, así como el surgimiento del nacionalismo estridente mundial.[3] Otros factores que figuran en el reporte del BAS incluyen dudas sobre el futuro del acuerdo nuclear entre EE.UU. e Irán, las amenazas de ciberseguridad y el auge de las noticias falsas.[4]
Definitivamente, el mundo está contemplando la bandera de peligro que flamea incesantemente, todos saben que el precipicio está a unos pasos adelante, observan preocupados que la hora final acerca. No obstante, apelan a la conciencia humana, buscan soluciones en la ciencia, miran el cielo queriendo hallar un lugar a donde escapar, porque no tienen otras alternativas, no tienen esperanza.
En cambio nosotros, “no estamos en la oscuridad para que ese día los sorprenda como un ladrón. No debemos, pues, dormirnos como los demás, sino mantenernos alerta y en nuestro sano juicio”, para que podamos ver nítidamente como el reloj de los eventos finales que nos presenta La Biblia avanza sin demora y saber la hora exacta en el que vivimos. Ese reloj se está moviendo, sus manecillas no se detienen y el día final se acerca, con la gran diferencia del reloj científico, es que el bíblico no se detiene, ni se atrasa, porque lo que viene, vendrá, lo que debe cumplirse se cumplirá. No hay vuelta para atrás, este mundo de pecado, sus prácticas contra la voluntad de Dios y el dolor que está marcando la vida de los hijos de Dios, debe terminar para siempre.
Por eso mi apreciado(a) compañero(a) de fe, no debemos dejar de mirar el reloj profético y el tiempo final que avanza incesante, porque “se ha cumplido todo lo que Dios ha especificado en la historia profética, y se cumplirá todo lo que aún deba cumplirse. Daniel, el profeta de Dios, permanece firme en su lugar. Juan también lo está. En el Apocalipsis, el León de la tribu de Judá ha abierto el libro de Daniel a los estudiosos de la profecía, y así es como Daniel permanece firme en su sitio. Da su testimonio, el cual le fue revelado por Dios por medio de visiones de los grandes y solemnes acontecimientos que debemos reconocer en este momento cuando estamos en el mismo umbral de su cumplimiento”.[5]
El mundo mira los sucesos finales con asombro, terror y angustia, nosotros debemos mirarlos con esperanza, fe y preparados, de tal forma que mientras el reloj no marque la hora final, podamos mostrar la salida a tanta gente que vive en su laberinto oscuro y sin saber para dónde ir. ¡Únete al grupo de hijos de Dios que llevan el reloj profético y anuncian la hora final! ///////////.
Desde mi rincón de poder… un poquito antes del retorno de Jesús…
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[1]http://www.bbc.com/mundo/noticias-38764094
[2]Boletín de Científicos Atómicos (BAS, por sus siglas en inglés)
[3]http://www.bbc.com/mundo/noticias-38764094
[4]Ibid.
[5]Elena de White, Mensajes Selectos, Tomo 2, 124.
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