QUIERO SER CÓMO TÚ

Porque el amor de Cristo nos impulsa, considerando esto: que uno murió por todos; por consiguiente, todos murieron.” (2 Corintios 5.14, RVA)

quiero ser 8Estos días se vive la pasión de los deportes. Miles disfrutan en directo las competencias deportivas de las Olimpiadas 2016 que se realiza en Río de Janeiro, y otros millones a través de sus televisores.  En ese ínterin se observa esfuerzo, genialidad, entrenamiento y emociones. Sin embargo, también nos enteramos de buenas historias donde el coraje, la perseverancia y la lucha contra las adversidades son los atributos que se destacan. Como la historia de Joseph Schooling, que ayer batió un récor olímpico, representando a Singapur.[1]

Joseph llegó a Río con una consigna en la mente, ganar una medalla de oro en el deporte que le fascinaba e imitar a un medallista olímpico que admiraba mucho. Hace 8 años, cuando él tenía 13, convenció a su padre para que asistieran a las Olimpiadas de Pekín, porque quería tomarse una foto con el atleta que lo motivaba y al cual quería emular: Michael Phelps “el tiburón de Baltimore”. En esas olimpiadas, Phelps ganó 8 medallas de oro de las 23 que posee actualmente.quiero ser como

Finalmente logró conseguir los tickets para poder ver al nadador olímpico y su alegría era extrema.  Mientras Phelps levantaba los brazos después de su victoria,  Joseph no dejaba de aplaudir. Sin embargo, faltaba algo, la foto por la cual había viajado hasta ese lugar. Sin dudarlo bajó de las graderías y mientras el deportista iba hacia los camerinos el muchacho lo abordó.

“Michael, por favor una foto conmigo”, fue el pedido del adolescente. El atleta olímpico con una gran sonrisa accedió al pedido. Mientras se ubicaban para el retrato, Joseph le expresó su admiración y respeto. Le contó también que le gustaba nadar y que quería ser como él. Michael, todavía con el cuerpo mojado abrazó al muchacho y le dijo: “Tú puedes ser mejor que yo”, “¡vamos!, inténtalo”.

 Ocho años después, increíblemente, Joseph se abrazó nuevamente con su héroe, pero ya no como un simple admirador, sino como un atleta también.  Mientras estaban parados en el borde de la piscina esperando la señal de partida, Phelps miró al joven atleta y lo animó con una sonrisa. Un minuto después el joven nadador lograba ganar a Phelps en los 100 metros estilo mariposa y superar su record olímpico.

Mi apreciado(a) compañero(a) de fe, admirar a Cristo, aceptarlo y hacer su voluntad, es la fuente principal de la motivación que nos lleva a ser mejores cristianos y excelentes personas.

Vivimos en momentos complicados y peligrosos. Como nunca antes la fe de cada cristiano está siendo probada, porque hoy la línea que divide lo correcto y lo equivocado es casi imperceptible. Hay un tremendo sincretismo espiritual, donde ya lo bueno parece malo y lo malo ya es algo agradable.

Por eso cada vez que buscamos a Cristo, que nos cubrimos de su presencia, que las rodillas se doblan para rogar el bautismo del Espíritu Santo, es como el “click” de la cámara que nos toma una foto con el mayor Motivador de vida, y que se reproduce contantemente en nuestra mente. Esa imagen mental, no motiva a orar más, a escudriñar más, a aprender más y a seguirlo por cualquier parte. Y mientras nos colocamos cerca de Cristo para escuchar el “click”, él nos mira y nos dice: “puedes ser como yo… puedes ser mejor de lo que eres… ¡vamos! inténtalo”.  filipino 6

La energía pura y real que nos fortalece y motiva para conducirnos con éxito en medio de las turbulencias de los eventos finales, es admirar, depender y buscar el amor de Cristo. Cuanto más admiramos a Jesús y menos a nuestras propias capacidades, entonces estamos listos para las grandes hazañas de fe, para trabajar en su causa y para ver asombrosos milagros.

Busquemos a Cristo, cada mañana tengamos en la mano “el ticket” que nos asegure estar en su presencia. Cuando lo hagamos el “amor de Cristo reinará entonces en el corazón, poniendo las motivaciones secretas de la acción bajo el dominio del Salvador. El aceite de la gracia de Cristo suavizará y subyugará el genio precipitado, fácilmente irritable. La sensación de los pecados perdonados proporcionará esa paz que desafía toda comprensión. Habrá una seria lucha por vencer todo lo que se opone a la perfección cristiana. Desaparecerán todas las desavenencias. A medida que cesan de hacer el mal y aprenden a hacer el bien, crecen en la gracia y en el conocimiento de Dios”.[2] Entonces motivados por el amor de Cristo, salen a las calles a pelear sus batallas de fe, porque la guerra que tienen por delante “la emprenden animosa y alegremente, luchando contra sus inclinaciones naturales y sus deseos egoístas y sometiendo su voluntad a la voluntad de Cristo”. [3]

sueño 5El amor de Cristo que motiva, fortalece e impulsa a hacer la voluntad de Dios es la “verdadera conversión. El que ha recibido un nuevo corazón, confía en la ayuda de Cristo con humilde y agradecida dependencia. Revela en su vida el fruto de la justicia. Antes se amaba a sí mismo. Se deleitaba en el placer mundanal. Ahora su ídolo ha sido destronado y Dios reina supremo. Ahora odia los pecados que en otro tiempo amaba. Sigue firme y resueltamente por la senda de la santidad”.[4]

¿Qué piensas? ¿Qué vas a hacer a partir de ahora?////////////.

Pr. Joe Saavedra

Desde mi rincón de poder… un poquito antes del retorno de Jesús…

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[1]http://elcomercio.pe/deporte-total/rio-2016/michael-phelps-final-100-metros-mariposa-rio-2016-noticia-1923704?ref=nota_&ft=mod_relacionadas&e=foto&ft=mod_leatambien&e=titulo

[2]Elena G. de White, Mensajes para los jóvenes, ed. Aldo D. Orrego, Cuarta edición. (Buenos Aires: Asociación Casa Editora Sudamericana, 2009), 43.

[3]Ibid.

[4] Ibid.

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