¿QUÉ LE PASA AL CORAZÓN DEL HOMBRE? (jueves 29 de setiembre de 2011)

“Y si hago lo que no quiero, ya no soy yo quien lo hace sino el pecado que habita en mí” (Romanos 7:20 NVI)

Por estos días se comenta mucho la muerte de un hincha de un equipo de futbol profesional muy famoso de nuestro país. Los indicios apuntan a que fue asesinado, al ser arrojado desde un exclusivo palco  del estadio donde se enfrentaban los dos equipos más famosos del Perú. Todo sucedió en medio de una gresca entre bandas rivales, donde la locura humana llegó al límite entre el alcohol y las drogas.

Un programa de una radio muy sintonizada del medio, comentaba este incidente, y uno de los locutores reflexionaba de esta manera: “Los asesinos no son pandilleros de las clases bajas  de los conos de Lima, más bien hombres que pasaron por exclusivos colegios y universidades, empresarios y gente aparentemente bien educada… ¿qué está pasando con el corazón del hombre?, ¿por qué tanta maldad en la humanidad?…”, estas preguntas están en la cabeza de la gente del mundo que no entiende al hombre qué es capaz de lastimar a sus semejantes sin remordimiento ni pena.

Mi amigo(a), y ¿tú que piensas?, ¿qué crees que le pasa al hombre?, mientras escuchaba las preguntas sin respuestas que se hacían los locutores, recordé lo que decía Pablo y hallé la respuesta: De hecho, no hago el bien que quiero, sino el mal que no quiero. Y si hago lo que no quiero, ya no soy yo quien lo hace sino el pecado que habita en mí”.[1] Esto quiere decir que la maldad del ser humano no depende de la educación, del nivel social o el lugar de morada, sino que el corazón del hombre maquina odio porque está infestado de pecado, porque no hay nada bueno en la constitución humana que lo lleve a  amar y tener compasión. Con esa naturaleza pecaminosa es tan normal portarse mal o lastimar al prójimo.

Por esto, mientras escuchaba las soluciones humanas que planteaban los políticos y autoridades de nuestro país, vino a mi mente la única solución que puede competir con la naturaleza degrada y pecaminosa: “la naturaleza de Cristo”. Solamente una vida que acepta a Cristo como salvador y le permite morar en ella, puede neutralizar la maldad que lo domina. El mismo apóstol Pablo lo afirma con esperanza al reconocer que es un pobre miserable pecador: “¡Soy un pobre miserable! ¿Quién me librará de este cuerpo mortal?,[2] y se responde agradecido: “¡Gracias a Dios por medio de Jesucristo nuestro Señor!”.[3]

Solo en Cristo Jesús hay esperanza para la maldad del hombre, tan solo recordemos lo que Él ha hecho por nosotros, de donde nos ha sacado y los errores que ha enterrado en el pasado. ¿Te has preguntado donde estarías si no aceptabas a Cristo como Salvador?… Gracias a Dios porque en Jesucristo tenemos esperanza… ¡si tan solo nuestras autoridades aceptaran que Cristo Jesús es la solución para el odio y la maldad!… esta noche oremos por nuestro país, por lo millones de  inocentes que corren desesperados sin saber por dónde escapar, para que tengan la oportunidad de conocer a Jesús… ¡y nosotros podemos hacer mucho!…

Pr. Joe Saavedra

Desde mi rincón de poder y un poquito antes del retorno de Cristo…

Ubícame en mi página web: www.poder1844.org


[1] Romanos 7:19-20 NVI

[2] Romanos 7:24 NVI

[3] Romanos 7:25 NVI

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