QUÉ BRILLE EN TI (miércoles 26 de octubre de 2011)

“Quiero que sepan, hermanos, que el evangelio que yo predico no es invención humana. No lo recibí ni lo aprendí de ningún ser humano, sino que me llegó por revelación de Jesucristo” (Gálatas 1:11-12 NVI)

El texto es claro, la revelación no viene de “parte de Jesucristo”, la revelación “es Jesucristo”. No significa simplemente que Cristo le dijo algo a Pablo,  sino que Cristo mismo se le reveló a Pablo. Esta afirmación es confirmada en los versículos 15 y 16 donde dice: “…cuando él tuvo a bien revelarme a su Hijo para que yo lo predicara entre los gentiles…”,[1] esto quiere decir que el misterio[2] es Cristo en el creyente y ¿quién puede entender esto?

Sin necesidad de comprender este misterio, debemos admirarnos y mostrar gratitud ante el hecho de que Cristo no se hace a un lado y que solamente se limita a enviarnos una serie de principios correctos a seguir, sino que imprime su vida en nosotros, toma posesión de nuestro ser cuando lo aceptamos, es decir manifiesta su vida en nuestro cuerpo mortal. Pablo lo explicó así a la iglesia de Corinto: “Pues a nosotros, los que vivimos, siempre se nos entrega a la muerte por causa de Jesús, para que también su vida se manifieste en nuestro cuerpo mortal”;[3] entonces, al consentir esta verdad podemos afirmar: “He sido crucificado con Cristo, y ya no vivo yo sino que Cristo vive en mí. Lo que ahora vivo en el cuerpo, lo vivo por la fe en el Hijo de Dios, quien me amó y dio su vida por mí”[4] (Gal 2:20 NVI).

Y ¿cómo puede Cristo morar en nosotros?, la respuesta está en el representante personal de cristo, el Espíritu Santo. Cristo lo envía, para que por su medio Él pueda habitar en nosotros hasta su retorno personal, y esto lo afirmó en las Escrituras: “el Espíritu de verdad, a quien el mundo no puede aceptar porque no lo ve ni lo conoce. Pero ustedes sí lo conocen, porque vive con ustedes y estará en ustedes”.[5]

Mi amigo (a), ¡Cristo debería brillar en nosotros!, si no es así, entonces no hay predicación del evangelio. La vida misma de Pablo es la prueba de esta afirmación, porque Jesús fue revelado a Pablo para que pudiera predicarle a los gentiles, porque el apóstol no iba a predicar acerca de Cristo, sino a presentarles a Cristo mismo: “No nos predicamos a nosotros mismos sino a Jesucristo como Señor”.[6]

El gran anhelo de Dios es revelar a Cristo en cada persona, y que esto se refleje en nuestro carácter, en nuestras acciones y en nuestro empeño de cumplir la misión redentora, y esto es: “Jesús morando en los seres humanos”… ¡Deja a Cristo brillar en ti!…

Pr. Joe Saavedra

Desde mi rincón de poder y un poquito antes del retorno de Cristo…

Ubícame en mi página web: www.poder1844.org


[1] Gálatas 1:15-16 NVI

[2] Colosenses 1:25-27

[3] 2 Corintios 4:11 NVI

[4] Gálatas 2:20 NVI

[5] Juan 14:17 NVI

[6] 2 Corintios 4:5 NVI

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *