PUERTA A LA APOSTASÍA (lunes 13 de febrero de 2012)
“¿Por qué entonces este pueblo se ha desviado? ¿Por qué persiste Jerusalén en su apostasía? Se aferran al engaño, y no quieren volver a mí”. (Jeremías 8:5 NVI)
Cuando mezclamos verdades con mentiras en la iglesia, ésta se corrompe porque se aparta de la de la sencillez del Evangelio y acepta costumbres y ritos paganos, además pierde el Espíritu y el poder de Dios. El enemigo ha tenido mucho éxito y la tendrá, mientras la mentira se mezcle con la verdad, porque esa es la puerta para la apostasía. La hermana Elena comentó: “Me he sentido muy entristecida al ver cuán rápidamente algunos que han tenido la luz y la verdad aceptarán los engaños de Satanás, y serán embelesados por una santidad espuria. Cuando los hombres se alejan de los hitos que el Señor ha establecido para que comprendamos nuestra posición, tal como la indica la profecía, van en una dirección desconocida para ellos”.[1]
En general, el término “apostasía”, viene de una “palabra que en griego es compuesta de apó (caer, alejarse de) y stasis (rebelión) y que se utilizaba para señalar una revuelta política o militar”,[2]no obstante, “significa el acto de rechazar la fe o las doctrinas profesadas o creídas, apartándose para adoptar otras”.[3]En el A.T., los profetas, aunque usando otras palabras en hebreo, denunciaron los actos que rechazaban la fe o se apartaban de los mandamientos revelados por Dios, no transigieron con la apostasía, veamos algunos ejemplos: “¡Ay, nación pecadora, pueblo cargado de culpa, generación de malhechores, hijos corruptos! ¡Han abandonado al SEÑOR! ¡Han despreciado al Santo de Israel! ¡Se han vuelto atrás!”,[4] “¿No te ha pasado todo esto por haber abandonado al SEÑOR tu Dios, mientras él te guiaba por el camino?”,[5] “Pero ellos pusieron a prueba a Dios: se rebelaron contra el Altísimo y desobedecieron sus estatutos. Fueron desleales y traidores, como sus padres; ¡tan falsos como un arco defectuoso! Lo irritaron con sus santuarios paganos; con sus ídolos despertaron sus celos”.[6]
En el N.T., “la apostasía era uno de los problemas más graves que la iglesia primitiva tenía que enfrentar. Se describía como volver atrás y no seguir a Jesús (Juan 6:66), abandonar la fe (1 Timoteo 4:1), ser arrastrado por el error (2 Pedro 3:17) y apartarse del Dios vivo (Hebreos 3:12)”.[7] En síntesis, la apostasía es rechazar las verdades de la Biblia, torcer las prácticas correctas de la iglesia y abandonar la certeza de la salvación en Jesucristo.
Sin embargo, la apostasía no se instala en una iglesia de la noche a la mañana, sino en forma gradual y lentamente, como en el caso de la iglesia primitiva, que comenzó a adoptar gradualmente prácticas griegas paganas. Y la mejor forma que encontró el enemigo de contaminar una iglesia con errores e instalar su maquinaria apóstata, es mezclar el error con la mentira; porque al principio el error pasa por verdad, y luego se torna una práctica habitual que se defiende y predica. Tenemos que estar atentos en la dirección que va nuestra iglesia, la forma en que adoramos, la música que cantamos, la ropa que vestimos, la comida que ingerimos, los hábitos de salud que practicamos, las prácticas comunes que repetimos y las enseñanzas que impartimos. La Biblia y el don de profecía son los hitos de donde podemos partir para diferenciar el error de la mentira.
Volvamos a Jehová, y él volverá a nosotros. Él espera una iglesia sin macha, ni arrugas, un pueblo glorioso, que creció a la estatura de Cristo.
Pr. Joe Saavedra
Desde la línea de batalla y un poquito antes del retorno de Cristo…
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[1] Mensajes Selectos, Tomo 2, capítulo 51
[2] Alfonso Lockward, Nuevo diccionario de la Biblia. (Miami: Editorial Unilit, 2003), 85.
[3] Ibid.
[4] Isaías 1:4 NVI
[5] Jeremías 2:17 NVI
[6] Salmos 78:56-58 NVI
[7] Wilton M. Nelson and Juan Rojas Mayo, Nelson Nuevo Diccionario Ilustrado De La Biblia, electronic ed. (Nashville: Editorial Caribe, 2000, c1998).