PERDONADO (viernes 26 de agosto de 2011)

“Pero te confesé mi pecado, y no te oculté mi maldad. Me dije: «Voy a confesar mis transgresiones al SEÑOR», y tú perdonaste mi maldad y mi pecado” (Salmos 32:5 NVI)

La Biblia señala que la naturaleza pecaminosa encontrará su final en la muerte. Esa es la condena del hombre, ese es el resultado del pecado. Además, la naturaleza con el cual nace el ser humano lo empuja a cometer actos sucios. Sin embargo, la suerte humana no está del todo determinada, existe esperanza para esta vida y para la eternidad.

El rey David, fue uno de los personajes bíblicos que “erró al blanco”, que produjo muchos frutos  de pecado, y que confirmó su final. No obstante, él encontró en medio de la oscuridad del túnel una luz de esperanza, corrió a los brazos de Dios y aceptó su invitación: “Venid ahora, y razonemos — dice el SEÑOR — aunque vuestros pecados sean como la grana, como la nieve serán emblanquecidos; aunque sean rojos como el carmesí, como blanca lana quedarán”.[1] Por eso un día él dijo: “Voy a confesar mi iniquidad, pues mi pecado me angustia”,[2] y a partir de ese momento, en los años de vida que le quedó, pudo disfrutar de paz y salud.

Mi amigo(a), ¿estás produciendo frutos de muerte?, ¿el peso del pecado te ahoga?, ¿vives una vida falsa, pues tu sonrisa no refleja lo que vives?, entonces vas directo a tu destino final, pero, gracias a Dios hay un “pero”, David lo grito: “Pero te confesé mi pecado, y no te oculté mi maldad…” y alcanzó descanso y vio que su final sería otro. No importa cuán lejos hayas avanzado,  o cuán profundo hayas caído, porque tu perdón será más grande y la paz indescriptible, con razón esta cita dice: “Tus pecados podrán parecer montañas delante de ti; pero si humillas tu corazón y confiesas  tus pecados, confiando en los méritos de un Salvador crucificado y resucitado, él te perdonará y te limpiará de toda injusticia… Desead la plenitud de la gracia de Cristo. Permitid que nuestro corazón se llene con un anhelo intenso por su justicia”.[3] Un día nos liberaremos de la naturaleza pecaminosa, las manchas de las decisiones erróneas desaparecerán y gozaremos para siempre de  paz  y prosperidad.

Qué este fin de semana sea el inicio de una reconciliación con Dios, y el primer paso es contarle a Dios todo, absolutamente todo.  ¡Feliz sábado!… Dios mediante hasta el lunes…

Pr. Joe Saavedra

Desde mi rincón de poder y un poquito antes del retorno de Cristo…

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[1] Isaías 1:18 LBA (La Biblia de las Américas)

[2] Salmos 38:18 NVI

[3]  Dios nos cuida, “confiesa tu pecado”

One thought on “PERDONADO (viernes 26 de agosto de 2011)

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