PENSEMOS (Lunes 26 de diciembre de 2011)
“Hermanos, no pienso que yo mismo lo haya logrado ya. Más bien, una cosa hago: olvidando lo que queda atrás y esforzándome por alcanzar lo que está delante, sigo avanzando hacia la meta para ganar el premio que Dios ofrece mediante su llamamiento celestial en Cristo Jesús” (Filipenses 3:13 – 14).
Estamos viviendo los últimos momentos de año 2011. Este tiempo nunca más vendrá, dentro de muy pocas horas, este año pasará a la historia, será parte de nuestros recuerdos. A pesar de ello, no todo final, tiene que ser triste o pasar desapercibido, más bien es un momento oportuno para pensar. Y pensar con reflexión, con un deseo de aprender, corregir y mejorar.
El apóstol Pablo exhortó: “no pienso que yo mismo lo haya logrado ya”, porque este momento de pensamiento reflexivo, no debe ser pensando en que todo está perfecto, o en que todo ya está perdido o que todo tiempo fue en vano. Cada acción, cada paso, cada cosa tiene una enseñanza que nos puede hacer mejores personas.
Estamos vivos, ¡que privilegio!, eso significa que Dios nos da la oportunidad de poder hacer las cosas de nuevo, de poder hacer lo que no hicimos y dejar de hacer otras que hicimos mal. Pero para saber dónde acelerar y donde cambiar de rumbo, tenemos que pensar con reflexión. La autoevaluación es necesaria para el progreso y para el cambio. Estas preguntas sencillas pueden ser útiles para este fin: Área personal: ¿soy una mejor persona?, ¿soy mejor que hace un año?, ¿cumplí mis objetivos?; área laboral: ¿he crecido económicamente?, ¿he progresado?; área familiar: ¿mi familia está más unida?, ¿la relación de pareja se fortaleció?; área espiritual: ¿cómo está mi relación con Dios?, ¿hice crecer a la iglesia?, ¿soy el siervo que Dios necesita?; y la pregunta más importante: si Dios vendría este momento ¿estaría listo para irme al cielo?
Mi amigo (a), iniciamos la última semana del año, ¿separaremos un tiempo para pensar con reflexión?, ¡qué así sea!, una persona sabia aprender de los errores, se fortalece de la victorias y reconoce que Dios da el don de la vida como oportunidad para alistarnos para llegar al cielo. En muy pocas horas, este año se irá, y no tendrá ningún sentido si no aprendemos de él. Elena de White dice: “Pronto el año viejo, con toda su carga de información, pasará a la eternidad, y habrá comenzado el nuevo año. Reunamos los tesoros del año pasado, y llevemos con nosotros al nuevo año el recuerdo de las bondades y la misericordia de Dios. Iluminemos el futuro con el pensamiento de las bendiciones pasadas”,[1] ¡qué el año nuevo nos encuentre preparados para intentarlo todo de nuevo!… ¡qué así sea!
Pr. Joe Saavedra
Desde la línea de batalla y un poquito antes del retorno de Cristo…
Ubícame en mi página web: www.poder1844.org
[1] Cada día con Dios, 15 de diciembre