PARA SIEMPRE (martes 06 de septiembre de 2011)
“La hierba se seca y la flor se marchita, pero la palabra de nuestro Dios permanece para siempre” (Isaías 40:8 NVI)
Todo lo que está bajo del sol tiene un inicio y un final. Todo es temporal y perecedero. Comenzamos algo y desde el inicio vamos acercándonos a su final. Eso mismo pasa con la existencia del hombre, el primer segundo de vida es el primero que se acerca a su muerte. Con razón, el sabio Salomón cuando reflexionaba sobre lo temporal y la falta de sentido en todo lo que hace el hombre decía así: “Y he observado todo cuanto se hace en esta vida, y todo ello es absurdo, ¡es correr tras el viento!”.[1] ¿Y quién podrá atrapar al viento?
En medio de todo lo mortal y con fecha de caducidad, se erige soberana, llena de vida y dispuesta a darla: “La Palabra de Dios”. Es lo más seguro y sus promesas no fallarán. Lo que sale de la boca de Dios es vida y nunca termina porque su autor es inmortal. El apóstol Mateo decía: “El cielo y la tierra pasarán, pero mis palabras jamás pasarán”,[2] y Elena de White lo confirma: “La Palabra de Dios es lo único permanente que nuestro mundo conoce. Es el cimiento seguro”.[3]
Debemos ser muy importantes para Dios para que tome su Palabra soberana e inmortal y enmarcarla en lo mortal y débil, y ¡sí que los somos!. Así que, en hojas de papel condenadas a envejecer y desaparecer podemos encontrar un poquito de vida y eternidad. Esto quiere decir, que cuando un ser humano finito y mortal abre la Biblia, entra en relación con lo infinito e inmortal, ¡qué honor y privilegio es poder hacer eso!
Mi amigo(a), ¿por qué dejas pasar el tiempo en situaciones pasajeras y acciones que acabarán?, ¿por qué corres de un lado a otro buscando soluciones a tus problemas y nunca encuentras nada?, ¿no te gustaría por una vez saber que algo por fin durará? En la Palabra de Dios hay esperanza y hay vida. No vayamos arrastrando nuestra existencia, divisando resignados el final de nuestra fragilidad, porque lo infinito e inmortal puede estar a nuestro alcance, aquí y en el futuro. Esta cita es prometedora: “Ningún conocimiento es tan firme, tan consistente, tan abarcante como el que se obtiene del estudio de la Palabra de Dios. Si no hubiera ningún otro libro en todo el mundo, la Palabra de Dios, vivida mediante la gracia de Cristo, haría al hombre perfecto en este mundo, con un carácter apto para la vida futura, inmortal. Los que estudian la Palabra, recibiéndola por fe como la verdad, y recibiéndola en el carácter, serán completos en Aquel que es todo en todos. Gracias a Dios por las posibilidades que ofrece a la humanidad”. [4]
Pr. Joe Saavedra
Desde mi rincón de poder y un poquito antes del retorno de Cristo…
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