NUESTRO CONDUCTOR
“Porque todos los que son guiados por el Espíritu de Dios son hijos de Dios. Y ustedes no recibieron un espíritu que de nuevo los esclavice al miedo, sino el Espíritu que los adopta como hijos y les permite clamar: «¡Abba! ¡Padre!»” (Romanos 8.14–15, NVI)
Las noticias mundiales dan cuenta que la empresa Google, motor de búsqueda en internet, tiene previsto fabricar sus propios autos no tripulados con el objetivo de hacer más seguro el manejo de vehículos eliminando los errores que las personas cometen al volante. “Los planes de la compañía son construir cientos de nuevos autos que se manejan por sí solos, que no tienen ni volante ni pedales, simplemente un botón para andar y otro para detenerse”.[1] El director del proyecto, Chris Urmson, mencionó la emoción que tiene la compañía con ese plan, pues están seguros que “permitirá ir hacia adelante en la tecnología de conducción automática y entender las limitaciones», además de “mejorar la vida de las personas, transformando su manera de trasladarse».[2]
El diseño de prueba de este auto “luce como uno típico de dibujos animados, no tiene el tradicional capó en el frente y las ruedas están en los extremos”, además “tendrá capacidad para dos personas, será eléctrico y al principio sólo tendrá una velocidad máxima de 40 km/h para ayudar a garantizar la seguridad”. La cosa más importante sobre el diseño es que no tiene ningún tipo de control, más allá de un botón para detenerse o rodar. Asimismo, el “extremo frontal del vehículo está diseñado para ser más seguro para los peatones, con un material suave similar a la esponja y un parabrisas más flexible, lo que puede ayudar a reducir las lesiones en caso de impacto”, además el “vehículo utiliza una combinación de sensores láser y de radar, así como una cámara para conducir de manera autónoma”.[3]
Sin embargo, ya se iniciaron las primeras controversias, porque los que están a favor de autos sin conductores indican que ayudarán a reducir los accidentes, en cambio otros señalan que podrían empeorar el tráfico en las ciudades y que no están listos para imprevistos o las malas maniobras de otros conductores. Entonces la pregunta ya está planteada: ¿los autos necesitan o no un conductor?
En el asunto automotriz la respuesta no es segura, quizás habría que experimentar con autos sin conductores, sin embargo en cuestiones humanas, donde se deben tomar decisiones, donde las emociones y los sentimientos son parte del juego, definitivamente es necesario un conductor, un guía que nos lleve por senderos seguros. Y el mejor sin comparación, es el Espíritu Santo. Él es el mejor conductor de toda vida humana, que garantiza un viaje seguro en medio de las carreteras peligrosas de la vida y nos quita el miedo a enfrentar viajes ineludibles y desconocidos.
Los verdaderos hijos de Dios deben dejarse guiar por el Espíritu de Verdad, porque existen muchos conductores falsos, que aparentan conocer los caminos seguros, pero en realidad nos llevan por sendas de dolor, suciedad y muerte. La autosuficiencia humana, el egoísmo, una vida lejos de los principios bíblicos, son algunos ejemplos de los malos conductores en los cuales algunos hijos de Dios confían ciegamente, aunque solo abren los ojos cuando se dan cuenta que el “auto” de su vida va cuesta abajo, sin frenos y a toda velocidad.
El hijo de Dios que deja que el Espíritu Santo tome la conducción de su vida, entiende que la llave que enciende el motor de una vida con esperanza, es la Palabra de Dios, “este libro es el Guía que nos lleva a una vida más elevada y más santa”, [4] en él podremos encontrar el mapa seguro que nos lleve a Cristo. El apóstol Pablo dice que ese mapa, la ley de Dios, “vino a ser nuestro guía encargado de conducirnos a Cristo, para que fuéramos justificados por la fe”.[5] Cuando lleguemos a la presencia del Salvador, no hay más miedo, jamás nos perderemos, porque Él tiene miles de caminos para salir de las confusiones en las cuales vivimos.
Mi amigo (a), ¿cómo va tu tránsito por esta tierra?, ¿vas por caminos seguros?, ¿a qué conductor le dejaste el rumbo de tu vida? En la dirección que vayas, en el camino que te encuentres, recuerda que eres un Hijo de Dios, un príncipe heredero de grandes cosas, entonces tu conductor debe ser el Espíritu Santo, dale todo el control de tu vida, y aunque parezca que los caminos por donde te lleva son desconocidos, son los que tú necesitas transitar para encontrar paz y oportuno socorro. No te quedes esclavo al miedo de saber que estas en algún lado, pero no sabes dónde, ni cuando acaba tu viaje. Cambia tus gritos de dolor y rabia por el mayor grito de esperanza de un hijo de Dios: «¡Abba! ¡Padre!»////.
Desde mi rincón de poder…y un poquito antes del retorno de Cristo…
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[1] http://www.bbc.co.uk/mundo/ultimas_noticias/2014/05/140526_ultnot_google_autos_ao.shtml
[2] Ibid.
[3] Ibid.
[4]Elena G. de White, Mensajes para los jóvenes, ed. Aldo D. Orrego, Cuarta edición. (Buenos Aires: Asociación Casa Editora Sudamericana, 2009), 165–166.
[5] Gálatas 3.24 NVI