¡NO ENTIENDO!

“Lo secreto le pertenece al SEÑOR nuestro Dios, pero lo revelado nos pertenece a nosotros y a nuestros hijos para siempre, para que obedezcamos todas las palabras de esta ley” (Deuteronomio 29:29 NVI)

Hay situaciones en la vida que definitivamente no comprenderemos. Por ser pastor, me han contado tantas cosas, y en muchos casos, me han dicho: “¿por qué pastor?, no lo entiendo”. Y la verdad es que yo tampoco lo comprendía, ni tenía respuesta alguna. Asimismo, muchas veces he podido ver que las personas en su afán desenfrenado por encontrar respuestas, alteran su salud emocional, y en otras por calmar sus ansiedades, toman decisiones equivocadas.

Van pasando los años, y he podido aprender que cuando nos enfrentamos a un dilema sin respuesta, es mejor no buscar más, sino quedarse en silencio y esperar en el Señor. El líder Moisés, se topó con muchas interrogantes, quizás muchos de ellos sin respuesta para el experimentado líder, pero éste los llevó a obedecer y confiar en el Señor. Él escribió en Deuteronomio 29: “De esta manera confirma hoy que ustedes son su pueblo, y que él es su Dios, según lo prometió y juró a sus antepasados Abraham, Isaac y Jacob”,[1] y esa es la garantía que debe motivarnos a seguir caminando en medio de las preguntas sin respuestas.

Debemos confiar en el Señor, muy a parte que nos responda todo, sino porque Él sabe lo que es mejor para nosotros. El capítulo en mención termina: “Lo secreto le pertenece al SEÑOR nuestro Dios, pero lo revelado nos pertenece a nosotros y a nuestros hijos para siempre, para que obedezcamos todas las palabras de esta ley”, y es un llamado para su pueblo “a obedecer la voluntad de Dios así como él había revelado por medio de Moisés”. [2] Hay muchas cosas que han pasado y otras que “sucederán en el futuro y que solamente Dios conoce. Pero él había revelado su voluntad para guiar la vida religiosa y comunitaria de Israel en el presente. Israel no tenía que preocuparse con los secretos de Dios. Lo que Israel necesitaba para vivir una vida feliz, Dios lo había revelado por medio de Moisés. La bendición de la obediencia y la consecuencia de la desobediencia son incentivos para ayudar a Israel a obedecer las palabras de la ley”.[3]

De la misma forma, el apóstol Pablo en el capítulo 11, cuando menciona lo que pasará con Israel, nos insta a no desesperarnos por encontrar respuestas, sino a confiar en el Señor, porque: «¡Qué profundas son las riquezas de la sabiduría y del conocimiento de Dios! ¡Qué indescifrables sus juicios e impenetrables sus caminos! ¿Quién ha conocido la mente del Señor, o quién ha sido su consejero? ¿Quién le ha dado primero a Dios, para que luego Dios le pague? Porque todas las cosas proceden de él, y existen por él y para él. ¡A él sea la gloria por siempre!”.[4] En ese contexto, se no insta a mirar para aquello “que Dios ha dado a conocer. Él no ha retenido nada que sea provechoso para nosotros, sino sólo lo que es bueno que ignoremos. El fin de toda revelación divina no es darnos temas curiosos de especulación y discusión, sino que podamos hacer todas las palabras de esta ley y ser bendecidos en nuestro obrar. La Biblia revela claramente esto; más allá de esto no pueden ir provechosamente los hombres. Por esta luz uno puede vivir y morir cómodamente y ser feliz para siempre”.[5]

Mi amigo (a), ¿existen cosas misteriosas en tu vida?, ¿situaciones que no entiendes?, ¿hay episodios en tu vida que te llevan a dudar de la presencia de Dios? No te enfermes por responderlas, ni tomes decisiones equivocadas por olvidarlas, más bien agárrate de Dios, confía en Él, y en sus promesas reveladas en la Biblia. Tenía razón David cuando presenta a un Dios Protector, en vez de un Dios que responde todo: “El SEÑOR es mi fuerza y mi escudo; mi corazón en él confía; de él recibo ayuda. Mi corazón salta de alegría, y con cánticos le daré gracias”.[6]

¿Quieres confiar en la sabiduría de Dios?, confirma tu decisión con una oración, en donde te encuentres y en este mismo momento.

Pr. Joe Saavedra

Desde la línea de batalla  y un poquito antes del retorno de Cristo…

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[1] Deuteronomio 29:13 NVI

[2] Carro, D., Poe, J. T., Zorzoli, R. O., & Editorial Mundo Hispano (El Paso, T. (1993-). Comentario bı́blico mundo hispano Levitico, Numeros, y Deuteronomio (1. ed.) (526). El Paso, TX: Editorial Mundo Hispano.

[3] Ibid.

[4] Romamos 11:33-36 NVI

[5] Henry, M. (2003). Comentario de la Biblia Matthew Henry en un tomo (183). Miami: Editorial Unilit.

[6] Salmos 28:7 NVI

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