NO CAERÁS

“No temerás el terror de la noche, ni la flecha que vuela de día, ni la enfermedad que acecha en las sombras ni la plaga que destruye a mediodía…” (Salmos 91:5-6)

Soy profesor de más de 50 profesionales de la salud, que en estos momentos son los que enfrentan cara a cara al temible covid-19. Varios de ellos me han escrito, evidenciando angustia, pidiendo que los tenga presente en mis oraciones.

Cada noche cuando me arrodillo con mi familia, me acuerdo de ellos y de todos los amigos que tengo en algún rincón del mundo. No obstante, estas noches al acostarme, no dejo de pensar en esas enfermeras, enfermeros y médicos que deben enfrentar ese virus “que acecha en las sombras”, en esas personas que están varados en los terminales y aeropuertos, en esas familias que se acuestan asustados y preocupados por no saber que pasará mañana.

Hoy me levanté con la decisión de no ir a la cama sin antes hacer algo más que interceder. Mientras leía la Biblia, el apóstol Pedro me dio la pista precisa con las palabras que le dijo a un lisiado que pedía dinero: “—No tengo plata ni oro… pero lo que tengo te doy…”.[1] Esta afirmación me dio calma, porque no tengo súper poderes para proteger a los que aprecio, tampoco dinero ni bienes para socorrer a los que necesitan, ni la autoridad para promulgar leyes en beneficio de los menos favorecidos, pero si tengo dos factores básicos para enfrentar la enfermedad y lo comparto: confianza en Dios y la alegría de su compañía.

Lo comparto, porque estos días de caos mundial a causa del nuevo coronavirus, los expertos en salud están exhortando a prevenir la enfermedad, por los menos con dos acciones básicas: (1) Aislamiento social, y (2) fortalecer el sistema inmunológico. Quedarse en casa y no tener contacto con grupos de gente donde el virus puede propagarse, es el resumen de la primera acción. Referente a la segunda, en palabras fáciles es, robustecer las defensas del cuerpo.

Y para fortalecer las defensas del cuerpo, necesitamos: (1) Descanso adecuado, (2) buena alimentación, (3) ejercicio constante, y (4) dispocisión positiva para la vida. Sobre los tres primeros puntos, hasta google puede ayudarnos. Pero para el cuarto punto, los dos factores que te mencioné son necesarios. Porque una vida positiva y optimista, es real y completa cuando tengamos:

  1. Confianza en Dios: Esto sucede al conocerlo, y no hay conocimiento fuera de su Palabra. Con razón, el libro de los Salmos dice:  “Tu palabra es una lámpara a mis pies; es una luz en mi sendero”.[2] Entonces con esa luz encendida en tu vida, caminas confiado, sin tropezar, ni caer. Asimismo, cuando lees en el libro de Romanos: “Y sabemos que a los que aman a Dios, todas las cosas les ayudan a bien…”,[3] enfrentas muy seguro las dificultades, porque suceda lo que suceda, es lo mejor, porque Dios lo permite.  
  2. Alegría de su compañía: Cuando confíes en Dios, andarás seguro. Lo que venga no te va a quitar el gozo, porque caminas por la vida bajo su voluntad. Asimismo, las preocupaciones o los problemas no harán más que fortalecer tu fe, porque sabes que Dios “pondrá de nuevo risas en tu boca, y gritos de alegría en tus labios”,[4] y el resultado de enfrentarlos es lo que necesitas, pero no es mejor que su compañía, y eso lo sabía el rey David, puesto que en medio de sus dificultades escribió esto: “Aun si voy por valles tenebrosos, no temo peligro alguno porque tú estás a mi lado”.[5] Y a su lado, andarás gozoso y no dejarás de repetir: “Tú, SEÑOR, me llenas de alegría con tus maravillas…”.[6]

Mi apreciado(a) amigo(a), estamos empezando momentos de angustia, con una enfermedad que acecha en la sombras, frente ha eso debemos preparar de la mejor manera nuestras defensas cuando entremos en relación con el virus y esto, cuando entendamos que “gran remedio es el corazón alegre, pero el ánimo decaído seca los huesos”.[7] Y vivirás de ese modo cuando confíes en Dios y disfrutes de su compañía, en esa condición “no temerás el terror de la noche, ni la flecha que vuela de día, ni enfermedad que acecha en las sombras ni la plaga que destruye a mediodía. Podrán caer mil a tu izquierda, y diez mil a tu derecha, pero a ti no te afectará”.[8] ¿Qué piensas? ////////////.

Pr. Joe Saavedra

Desde mi rincón de poder… un poquito antes del retorno de Jesús…

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[1]Hechos 3:6 NVI

[2]Salmos 119:105 NVI

[3]Romanos 8:28 RVR60

[4]Job 8:21 NVI

[5]Salmos 23:4 NVI

[6]Salmos 92:4 NVI

[7]Proverbios 17:22 NVI

[8]Salmos 91:5-7 NVI

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