NECESIDAD Y CONVICCIÓN (viernes 20 de enero de 2012)
“Vale más pasar un día en tus atrios que mil fuera de ellos; prefiero cuidar la entrada de la casa de mi Dios que habitar entre los impíos”(Salmos 84:10 NVI).
La iglesia necesita cumplir su misión aquí en la tierra y presentarse gloriosa delante de su Dios. Quedan muchas personas que todavía viven sin esperanza, observando desdichados el transcurrir de los días y por otro lado los que están de parte de la verdad deben caminar hacia la meta “evitando tropezar”. Entonces una iglesia triunfante es una iglesia reavivada y reformada. Con razón, el énfasis al reavivamiento y reforma está siendo más intensa en todos los niveles de la iglesia en estos últimos meses. Sin embargo, todo cambio y acción consciente es precedida de necesidad y convicción. Si una persona no necesita un producto no lo busca y si no está convencida que le será de utilidad no lo adquiere ni lo toma en cuenta.
Elena de White dice que “la mayor y más urgente de todas nuestras necesidades es un reavivamiento de la verdadera piedad en nuestro medio”[1] y “ahora se necesitan hombres de claro entendimiento. Dios pide que los que están dispuestos a dejarse dirigir por el Espíritu Santo señalen el camino hacia una obra de reforma cabal”.[2] No habrá devoción ni cambio de vida en los miembros de la iglesia, si no sienten necesidad ni están convencidos de vivir así y que en esa condición están listos para recibir las promesas de Dios.
El reavivamiento y reforma debe ser precedida de necesidad y convicción, y reforzadas por programas que ayuden a ese cometido. Sin embargo, programas y cronogramas de reforma en una vida que no tiene necesidad ni convicción, no lograrán sus objetivos, porque las necesidades se satisfacen y las convicciones se reafirman, pero los programas y cronogramas pasan y se olvidan. Cada uno de nosotros deberíamos rogar cada día por sentir necesidad de estar en comunión con Dios y que nuestro corazón esté convencido que nuestra vida en las manos de Dios es la mejor seguridad y satisfacción con consecuencias eternas, como David que decía: “Vale más pasar un día en tus atrios que mil fuera de ellos; prefiero cuidar la entrada de la casa de mi Dios que habitar entre los impíos”.
Mi amigo(a) “hay personas en la iglesia que no están convertidas y que no se unirán a la oración ferviente y eficaz”,[3] en ellos los horarios o programas de reavivamiento y reforma serán inútiles, porque no sienten necesidad ni están convencidos de los que hacen. ¿Te gustaría sentir necesidad y estar convencido de reavivar y reformar tu vida?… ¡Éxitos y bendiciones!
Pr. Joe Saavedra
Desde la línea de batalla y un poquito antes del retorno de Cristo…
Ubícame en mi página web: www.poder1844.org