MENSAJE INTERESTELAR
“Pero tú, cuando te pongas a orar, entra en tu cuarto, cierra la puerta y ora a tu Padre, que está en lo secreto. Así tu Padre, que ve lo que se hace en secreto, te recompensará” (Mateo 6:6 NVI)

La historia cuenta que eran las 8:42 de la noche del jueves 2 de marzo de 1972, cuando la NASA lanzó la sonda espacial no tripulada Pioneer 10 desde Cabo Cañaveral, en Florida. Su destino era Júpiter y luego el borde de nuestro sistema solar. Su misión era tomar fotografías detalladas del enorme planeta y sus lunas, además estudiar la atmósfera, sus partículas y vientos solares, el flujo y la velocidad de las abundantes partículas de polvo.
Sin embargo la Pioneer 10 tenía una segunda misión: Comunicarse con alguna vida inteligente extraterrestre, revelarle quiénes éramos y dónde estábamos, y recibir una respuesta. Para este fin, “firmemente unido a los puntales de soporte de las antenas, hecha de aluminio cubierto en oro, protegida de la erosión por el polvo interestelar, estaba el diagrama artístico y científico más emprendedor de todos los tiempos: la Placa de la Pioneer.”.[1] En ésta iba tallada el mensaje.
Este mensaje fue diseñado por dos astrofísicos: Frank Drake, Carl Sagan; y la artista profesional, Linda Salzman Sagan.
Sagan y Drake, coincidieron que la placa tenía que comunicar los hechos de una manera directa e inequívoca, y que lo más interesante para los extraterrestres sería saber cómo eran los seres humanos, dónde estaban y la fecha que se envió el mensaje, pues podían pasar miles de años antes de que fuera interceptado.
Para lograr su cometido, partieron de la premisa de que la ciencia y la matemática eran lenguajes universales, de manera que cualquier vida inteligente los comprenderían. Asimismo, a Salzman le asignaron la tarea de dibujarnos para que los extraterrestres tengan una idea de nuestra anatomía.
La siguiente imagen es el mensaje tallado en la placa (repetida dos veces, porque a través de los números intentaré explicar lo que pretende decir, no obstante, lo haré en las notas de pie de página[2] ), pero para descifrarlo hay que concentrarse y leer la explicación varias veces, aunque si no estamos capacitados en ciencias matemáticas y químicas, como no lo estoy yo, resultará muy complicado entenderlo. Lo claro está es que esa placa, llevaba nuestra ubicación y nuestra forma.

Por otro lado, el mensaje no estuvo exenta de polémica, especialmente con el dibujo del hombre y la mujer, puesto que al ser dibujados sin ropa para mostrar nuestra forma anatómica, algunas personalidades lo tildaron de obsceno y hasta pornográfico. Por otro lado, el feminismo que apenas comenzaba a ser un gran tema de conversación, protestó, puesto que quería que la mujer esté con la mano levantada y saludando al universo.
Lo cierto de este mensaje, que pretendía a través de símbolos y diagramas que seres extraterrestres nos conozcan y ubiquen, es su complicada comprensión. Por lo menos, a cualquiera que no tenga conocimientos matemáticos y químicos, le va a costar entender, y si no se entiende, resulta más complicado dar una respuesta. Con razón, la placa de Pioneer ya tiene más de 50 años en algún lugar del espacio, y hasta ahora no hay una respuesta; quizá porque ningún alienígena la encontró todavía, o si ya la vió, hasta ahora no sabe como interpretarla.

Sin embargo, la Biblia dice que no necesitamos enviar mensajes complicados o delineados en fórmulas científicas para comunicarnos con Dios y recibir una respuesta clara, adecuada y oportuna. La oración es la mejor placa interestelar que puede llegar a la misma presencia de Dios.
Por definición, la oración “es el acto consciente del hombre de dirigirse a Dios para comunicarse con él o buscar su ayuda en tiempo de necesidad”,[3] igualmente, es “cualquier forma de comunicación con Dios por parte de personas creyentes en respuesta a situaciones que puedan surgir en la vida. La oración está marcada, por lo tanto, por variedad y abarca petición (incluyendo intercesión por otros), queja, alabanza, acción de gracias, confesión, imprecación, comunicación no verbal”,[4] además puede realizarse de pie, de rodillas, de acuerdo con las circunstancias.
White tiene una manera sencilla de catalogarla: “Orar es el acto de abrir nuestro corazón a Dios como a un amigo. No es que se necesite esto para que Dios sepa lo que somos, sino a fin de capacitarnos para recibirle. La oración no baja a Dios hacia nosotros, antes bien nos eleva a El”.[5]

Apreciado(a), compañero(a) de fe, no necesitamos por ahora recorrer el universo o armar un diagrama para poder comunicarnos con Dios y recibir una respuesta. Con palabras sencillas y sinceras podemos hablar con Él a través de la oración y recibir oportuno socorro. Y este medio es tan poderoso, que Jesús mismo afirmó que, aunque no sepamos como expresar en palabras lo que sentimos o deseamos, Dios ya sabe lo que necesitamos antes de que se lo pidamos,[6] solamente coloquémonos de rodillas, inclinemos nuestra cabeza y digamos: “Aquí estoy Señor… Tú lo sabes todo”./////////////.
Pr. Joe Saavedra
Desde mi rincón de poder… un poquito antes del retorno de Jesús…
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[1]https://www.bbc.com/mundo/noticias-53189062
[2]Para empezar, imaginemos que estás tratando de encontrar a alguien en medio del océano y, en vez de darte coordenadas, te entregan información sobre la ubicación de varios faros y la distancia de estos del lugar en el que está la persona que buscas. Asimismo los números 1,2 y 3 pretendían dar nuestra ubicación, y 4, 5 y 6, mostrar un medio para calcular el tiempo y las dimensiones (para esto utilizaron química básica del Universo)
1. En el firmamento, esos faros son pulsares, remanentes de la explosión de supernovas que giran muy rápidamente y, como resultado, despiden pulsos espaciados de manera muy uniforme. Entonces, para indicarles a los extraterrestres dónde había sido lanzado el mensaje, los científicos crearon un mapa que mostraba la ubicación de 14 púlsares con respecto al Sol. Cada una de las líneas que irradian del centro indica la dirección y la distancia de un púlsar al Sol. Como hay muchos pulsares en el Universo, anotaron en números binarios la frecuencia de pulsos que, por ser distintiva, sirve para identificarlos.
2. Si los alienígenas lograran comprender el punto 1, sabrían que el mensaje vino de nuestro sistema solar; ahora hay que precisar. Por eso en el número 2, verás nuevamente el Sol, ahora acompañado de los planetas, incluido Plutón, que en ese entonces aún lo era.
3. Del tercer planeta -el nuestro- sale una flecha que señala la sonda Pioneer.
4. Ese dibujo que está encima del número 4 muestra el átomo de hidrógeno en sus dos estados de energía más bajos. Cuando un átomo de hidrógeno cambia de un estado de energía al otro, irradia una onda de radio con una determinada longitud de onda y con una cierta frecuencia de oscilación. La frecuencia servía como unidad de tiempo y la longitud de onda, como una unidad equivalente a 8 pulgadas.
5. Fíjate ahora que la mujer tiene una línea al lado de la cabeza y otra al lado de los pies; la distancia entre ellas es su altura. ¿Ves que a la izquierda del número 5 hay algo escrito?: Es un número binario que indica que la mujer mide 8 de esa unidad fijada: 8 x 8 pulgadas = 64 pulgadas, que de hecho es la altura promedio de las mujeres del planeta.
6. Eso, así como la otra representación de la sonda Pioneer que aparece en la placa (6), sirven para darle a los destinatarios del mensaje una idea de nuestro tamaño.
[3]Samuel Young, “ORACIÓN,” ed. Richard S. Taylor et al., trans. Eduardo Aparicio, José Pacheco, and Christian Sarmiento, Diccionario Teológico Beacon (Lenexa, KS: Casa Nazarena de Publicaciones, 2009), 481–482.
[4]Allen C. Myers, The Eerdmans Bible dictionary (Grand Rapids, MI: Eerdmans, 1987), 846.
[5]Elena G. de. White, Camino a Cristo (Ellen G. White Estate, Inc., 2012), 93.
[6]Mateo 6:8