MENOS COMIDA, MÁS HAMBRE, MÁS CERCA
“Miré, ¡y apareció un caballo amarillento! El jinete se llamaba Muerte, y el Infierno lo seguía de cerca. Y se les otorgó poder sobre la cuarta parte de la tierra, para matar por medio de la espada, el hambre, las epidemias y las fieras de la tierra” (Apocalipsis 6:8 NVI)
Cuando uno revisa la Biblia, encuentra que no hay buenas noticias para los tiempos en que vivimos, y que, por las señales sociales, ecológicas, políticas y religiosas, son días finales antes que algo calamitoso y restaurador suceda.
Hoy se celebra el Día Mundial de la Alimentación, y me temo que las noticias son malas. La Organización de las Naciones Unidas, en paralelo a lo revelado en las Escrituras, advierte sobre el nivel «catastrófico y sin precedentes» de inseguridad alimentaria y el temor a un mayor aumento del precio de la comida a nivel mundial.[1]
En un mensaje, el secretario general de la ONU resaltó que actualmente cerca del 40 % de la humanidad, unos 3000 millones de personas, no pueden permitirse una dieta saludable y que el hambre, la subalimentación y la obesidad van en aumento. Esa situación ha empeorado con la aparición de la pandemia del coronavirus dejando a otros 140 millones de personas sin acceso a los alimentos que necesitan.[2]
Asimismo, cerca de medio millón de personas están experimentando condiciones de hambruna en Etiopía, Madagascar, Sudán del Sur y Yemen. En los últimos meses, las poblaciones vulnerables en Burkina Faso y Nigeria también han sido sometidas a estas mismas condiciones. El organismo mundial llamó a destinar inmediatamente fondos para ayudar a 41 millones de personas en varios países en peligro de una hambruna.
En esa misma línea, la organización benéfica con sede en el Reino Unido The Hunger Project, delata que 690 millones de personas en todo el mundo viven con hambre crónica, 850 millones están en riesgo de pobreza debido a covid-19. De esos 690 millones, el 60% son mujeres.[3]
Una de las complicaciones al acceso de la comida que ya escasea, son las alzas de los precios, que se están manifestando en los diversos mercados de abastos del mundo. Una de las razones del alza, ha sido la pandemia. En ese caos de salud, muchos países vieron caer la producción de materias primas, desde cultivos hasta aceites vegetales. Al intentar frenar el virus, las medidas adoptadas limitaron la producción y distribución.

Sin embargo, la escasez de alimentos ya se empezaba a sentir mucho antes de la emergencia sanitaria, porque mientras la población aumenta y la demanda de alimentos se incrementa continuamente, la cantidad de hectáreas bajo cultivo está disminuyendo debido a múltiples desafíos y problemas que incluyen la disponibilidad de agua, el deterioro del suelo y su calidad, el cambio climático y el aumento de casos de variaciones climáticas extremas, el desinterés de las nuevas generaciones en la agricultura como ocupación, etc.
La escasez de comida está llevando a extremos sociales, siendo las mujeres y las niñas particularmente vulnerables como resultado del aumento de la pobreza y el aumento de los precios de los alimentos. El subsecretario general de Asuntos Humanitarios de la ONU, Martin Griffiths, comenta: “Las mujeres nos hablan de las medidas desesperadas que deben tomar para encontrar con qué alimentar a sus familias, incluido el intercambio de sexo por comida, el recurrir a matrimonios precoces e infantiles, como escuché hace poco cuando estuve en Siria».
En síntesis, mi apreciado(a) amigo(a), el mundo se acerca a una hambruna generalizada. Además, la forma de producir, consumir y desperdiciar la comida supone una pesada carga para el planeta y produce una presión histórica sobre nuestros recursos naturales, nuestro clima, nuestro medio natural y el comportamiento social. Todo esto para el creyente de la Biblia, no es nuevo, ni debería asombrarlo, por el contrario, debería llevarlo a reafirmar su fe y prepararse.
El caballo amarillento, que representa las condiciones adversas por las cuales los habitantes de este mundo tienen que pasar, trae muerte, y la hambruna es un buen escenario para recibirla. Con razón Jesús, mirando las escenas finales de este mundo profetizó: “Se levantará nación contra nación, y reino contra reino. Habrá hambres y terremotos por todas partes. Todo esto será apenas el comienzo de los dolores”.[4]

No obstante, el creyente leal, no vive en temor, sino persiste en esperanza. Las escenas oscuras que traen los caballos y los sellos del Apocalipsis se contrastan con la protección y el cuidado de Dios que el profeta Juan resalta: “Después de esto miré, y apareció una multitud tomada de todas las naciones, tribus, pueblos y lenguas; era tan grande que nadie podía contarla. Estaban de pie delante del trono y del Cordero, vestidos de túnicas blancas y con ramas de palma en la mano. Gritaban a gran voz: «¡La salvación viene de nuestro Dios, que está sentado en el trono, y del Cordero!»”.[5] ¿Qué piensas? ¿qué decides?////////////.
Joe Saavedra
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[1]https://news.un.org/es/story/2021/10/1498422
[2]Ibid.
[3]https://thp.org/news/new-report-explores-high-threshold-for-affordable-healthy-diets/
[4]Mateo 24:7 NVI
[5]Apocalipsis 7:9-10 NVI