MÁS CERCA
“Igualmente, cuando vean todas estas cosas, sepan que el tiempo está cerca, a las puertas” (Mateo 24:33)

Todo está paralizado. Este mundo y sus activas grandes ciudades parecen pueblos fantasma. Lugares acostumbrados al ajetreo y el bullicio han enmudecido por las restricciones masivas. Aeropuertos, terminales de buses, restaurantes, centros de educación y todo lugar de concentración de gente ha sido cerrado. La respuesta global al covid-19 no tiene precedentes.
En definitiva, el mundo pasa por una obligada tensa calma. Y es tensa, porque una pregunta flota en el aire: ¿Cuándo terminará todo esto y cuándo podremos seguir con nuestras vidas?
Personalidades del mundo tratan de dar una respuesta a esa interrogante. Por ejemplo el primer ministro de Reino Unido, Boris Johnson, dijo que cree que su país puede «cambiar el rumbo» de la lucha contra el brote en las próximas 12 semanas y acabar con el coronavirus. Sin embargo cree que aunque lograran que el número de casos comience a disminuir en los siguientes tres meses, todavía están lejos del final. Con razón los entendidos en la materia, predicen que la normalidad tardará mucho tiempo, posiblemente años. Aunque no tienen claro, cuál es el camino a seguir en los próximos meses, porque la estrategia actual de autoaislamiento, que muchos países han puesto en marcha, no es sostenible a largo plazo por el daño social y económico que acarrearía.

Los expertos, solamente suponen que quizás, lo que podría posibilitar una salida a este embrollo de salud, son estas tres formas básicas:
- Vacunación: La mejor suposición es que una vacuna podría estar lista en entre 12 y 18 meses si todo sale bien. Ese periodo de tiempo es mucho si tenemos en cuenta las restricciones sociales adoptadas. Con razón muchos profesionales de la salud mencionan que esperar una vacuna no debe considerarse una estrategia para salir de esta crisis.
- Un número suficiente de personas desarrollan inmunidad tras contraer la infección: Para coseguirla, dicen los entendidos, habría que continuar con las restricciones hasta frenar el virus, luego levantarlas hasta que otra vez los casos vuelvan a aumentar. Pero podría llevar más de dos años conseguirla, si todo saldría bien, asimismo hay dudas sobre si esta inmunidad durará, porque existen otros coronavirus y las personas pueden contraerlos o volver a contagiarse con el mismo virus varias veces en su vida.
- Cambiar permanentemente nuestro comportamiento como sociedad: La tercera opción son los cambios permanentes en nuestros hábitos de vida que nos permiten mantener bajas las tasas de transmisión, como una cultura de higiene, salubridad y conciencia social.
En resumen, la respuesta más cruda a la incógnita sobre el final de esta crisis sanitaria, es que ningún país tiene una estrategia de salida, ni saben cual es el final de todo esto.

Sin embargo, la Biblia tiene la respuesta precisa y va en dos sentidos, una buena y otra mala. Voy a empezar: Esta crisis no va acabar, recién empieza. En ese sentido, el libro de Mateo 24 :7 y 8 menciona que las señales del fin de mundo serán guerras, hambres, miseria y también enfermedades contagiosas. Y recalca, que todo eso no tiene un final cercano, más bien, son “principio de dolores”. Con razón la escritora cristiana White escribió: “El tiempo de angustia, cual nunca fue después que hubo gente se iniciará pronto… La imaginación más fecunda no alcanza a darse cuenta de la magnitud de tan dolorosa prueba”.[1]
No obstante, alguna persona podría estar razonando y alegando que las guerras, el dolor y las enfermedades ya lo vamos experimentando desde hace tiempo y siempre la humanidad ha podido recuperarse. Puede ser, pero esta nueva enfermedad, va a marcar el inicio de eventos donde el planeta no va a salir bien librado, porque este virus y sus consecuencias lo han llevado ha tomar medidas que no tienen precedentes, ni han sucedido en las peores guerras que ha librado. No solo lo digo yo, también lo dicen las principales autoridades del mundo. Y por supuesto, la Biblia ya lo dijo de antemano, para que cuando suceda “creamos”.

Asimismo, las Sagradas Escrituras, también tiene una buena noticia: Dios lo controla todo, cada suceso es parte de un plan. Por eso el profeta Daniel exclamaba admirado: “Suyos son la sabiduría y el poder. Él cambia los tiempos y las épocas, pone y depone reyes… Él revela lo profundo y lo escondido, y sabe lo que se oculta en las sombras…”,[2] y también las cosas simples y pequeñas no pasan desapercibidas para Él, como la cantidad de cabellos que tenemos o si un pajarito es herido y cae a tierra.[3]
Entonces, esta crisis también está en su agenda y lo permite para mostrar que Él tiene el dominio sobre la humanidad, y que no dejó al ser humano a merced del sufrimiento, el miedo y la incertidumbre de las cosas, sino que armó un plan de rescate que contempla la solución definitiva para la maldad y el dolor. Y este plan tiene su evento cumbre en la segunda venida de Cristo y la re-creación de la tierra, porque en lo que se ha convertido no era parte de la idea de Dios. El apóstol Juan al respecto de ese acontecimiento dice: “Después vi un cielo nuevo y una tierra nueva, porque el primer cielo y la primera tierra habían dejado de existir, lo mismo que el mar. Vi además la ciudad santa, la nueva Jerusalén, que bajaba del cielo, procedente de Dios… Oí una potente voz que provenía del trono y decía: «¡Aquí, entre los seres humanos, está la morada de Dios! Él acampará en medio de ellos, y ellos serán su pueblo; Dios mismo estará con ellos y será su Dios. Él les enjugará toda lágrima de los ojos. Ya no habrá muerte, ni llanto, ni lamento ni dolor, porque las primeras cosas han dejado de existir»”.[4]

Mi apreciado(a) compañero(a) de fe, la crisis final recién empieza, no hemos vimos nada todavía, pero Dios controla todos los acontecimientos y esta enfermedad que acecha a la humanidad, es parte de varios eventos que anteceden al final de las cosas tristes y traumáticas que no entendemos. El único requisito para soportar con esperanza lo que viene, es aceptarlo como Salvador y Hacedor de todas las cosas, y caminar bajo los principios de su Palabra. Si hacemos esto, la “gran tribulación, como no la ha habido desde el principio del mundo hasta ahora, ni la habrá jamás”,[5] no será un momento de miedo, zozobra o incertidumbre, sino sabremos “que el tiempo está cerca, a las puertas”. ¿Ya sabes de qué tiempo hablamos?///////////.
Pr. Joe Saavedra
Desde mi rincón de poder… un poquito antes del retorno de Jesús…
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[1]El conflicto de los siglos, 607.
[2]Daniel 2:20-22
[3]Mateo 10:29-30
[4]Apocalipsis 21:1-4
[5]Mateo 24:21