LOS MÁS PELIGROSOS (viernes 03 de febrero de 2012)
“El problema era que algunos falsos hermanos se habían infiltrado entre nosotros para coartar la libertad que tenemos en Cristo Jesús a fin de esclavizarnos” (Gálatas 2:4 NVI)
No hay ataque más peligroso del que proviene del mismo bando. El apóstol Pablo denuncia el frente de engaño más certero y peligroso que la iglesia debe enfrentar: “… algunos falsos hermanos se habían infiltrado entre nosotros”, y hacen mucho daño porque son de nuestra propia milicia. Elena de White enfatiza el temor que debe sobrecoger a los escogidos porque esos “falsos hermanos” son realmente peligrosos”, ella dice: “Tenemos mucho más que temer de enemigos internos que de externos. Los impedimentos para el vigor y el éxito provienen mucho más de la iglesia misma que del mundo…”.[1] Y son de temer porque conocen perfectamente nuestra agenda, nuestros gustos, nuestras prácticas y nuestros puntos débiles. Es fácil para ellos infiltrarse en todos nuestros cultos y reuniones porque se parecen a nosotros, alaban al lado nuestro y colocan sus dádivas en los alfolíes.
Un buen ejemplo de lo peligroso que son los ataques internos se puede encontrar en la Biblia misma. Apocalipsis narra lo que sucedió en los cuarteles generales del cielo, cuando un grupo de ángeles que moraban allí mismo, liderados por Lucifer atacaron a los demás seres que no creyeron sus mentiras: “Se desató entonces una guerra en el cielo: Miguel y sus ángeles combatieron al dragón; éste y sus ángeles, a su vez, les hicieron frente, pero no pudieron vencer, y ya no hubo lugar para ellos en el cielo. Así fue expulsado el gran dragón, aquella serpiente antigua que se llama Diablo y Satanás, y que engaña al mundo entero. Junto con sus ángeles, fue arrojado a la tierra”.[2] El resultado de este ataque interno fue desastroso: la tercera parte del ejército de ángeles fue arrastrado por el engaño y finalmente expulsados del cielo.
Mi amigo (a), no podemos quedar indiferentes a las advertencias de la Biblia y el Espíritu de Profecía, no podemos pensar ingenuamente que a nosotros nadie nos puede engañar, no reaccionemos con soberbia afirmando que estamos suficientemente preparados para desenmascarar cualquier engaño. Si excelsos ángeles, con mentes superdotadas, fueron arrastrados en la mentira, ¿cuánto más nosotros con nuestra fragilidad y mente débil? ¡No pienses que tú experiencia en la iglesia, tu cargo, tu maestría o doctorado son suficiente protección contra los falsos maestros!… Más bien, cómo dijo Jesús: “Estén alerta y oren para que no caigan en tentación. El espíritu está dispuesto, pero el cuerpo es débil”[3]… ¡Estén alertas y oren¡ ¡Feliz sábado!… ¡Hasta el lunes!
Pr. Joe Saavedra
Desde la línea de batalla y un poquito antes del retorno de Cristo…
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