LOBOS RAPACES (martes 31 de enero de 2012)
“Tengan cuidado de sí mismos y de todo el rebaño sobre el cual el Espíritu Santo los ha puesto como obispos para pastorear la iglesia de Dios, que él adquirió con su propia sangre. Sé que después de mi partida entrarán en medio de ustedes lobos feroces que procurarán acabar con el rebaño” (Hechos 20:28-29 NVI)
El apóstol Pablo también advierte sobre los falsos profetas, que practican la mentira y arrastran a la iglesia hacia la apostasía. Él los identifica como lobos feroces, con un solo objetivo: comerse a las ovejas y arrasar con el rebaño. La versión Reina Valera Actualizada lo traduce como “lobos rapaces”, en relación a su naturaleza que se inclina al robo o la rapiña.
Estos lobos feroces, son hombres que “han entrado encubiertamente, los cuales desde antiguo habían sido destinados para esta condenación”. [1] Son hombres disfrazados de cristianos, pero su naturaleza impía tergiversa las prácticas correctas en actos mundanos con apariencia religiosa. El apóstol Judas los identifica como “hombres impíos, que convierten la gracia de nuestro Dios en libertinaje y niegan al único Soberano y Señor nuestro, Jesucristo”.[2]Siendo su carta de presentación la mentira y las verdades a medias.
También a los hermanos de Galacia, Pablo les advierte de la naturaleza encubierta de estos falsos maestros: “El problema era que algunos falsos hermanos se habían infiltrado entre nosotros para coartar la libertad que tenemos en Cristo Jesús a fin de esclavizarnos”.[3] Estos hijos de la mentira, también tienen el objetivo de quitar la libertad que otorga Cristo y esclavizar a prácticas que la Biblia condena. Y como parte de su exhortación afirma asombrado la facilidad que tienen estos falsos profetas de embaucar, convencer y arrastrar con engaños: “Me asombra que tan pronto estén dejando ustedes a quien los llamó por la gracia de Cristo, para pasarse a otro evangelio. No es que haya otro evangelio, sino que ciertos individuos están sembrando confusión entre ustedes y quieren tergiversar el evangelio de Cristo”.[4]
En otra parte, Jesús, identifica a los falsos maestros con la hierba mala o cizaña que aparecerá en medio del trigo amarillo y listo para la cosecha: “Esto es obra de un enemigo”, les respondió. Le preguntaron los siervos: “¿Quiere usted que vayamos a arrancarla?” “¡No! —les contestó—, no sea que, al arrancar la mala hierba, arranquen con ella el trigo”.[5] La verdad es clara, son agentes del enemigo, practican la mentira, se parecen al trigo y permanecerán hasta el fin.
Elena de White advierte a la iglesia: “Se mezclarán falsas teorías con cada fase de la experiencia, y se abogará con satánico fervor con el propósito de cautivar la mente de cada creyente cuyo conocimiento no esté enraizado en los sagrados principios de la Palabra de Dios. En nuestro propio medio se levantarán falsos maestros investidos de espíritus seductores que sostendrán doctrinas de origen satánico. Con palabras lisonjeras, con tacto seductor y con tergiversaciones habilidosas, lograrán arrastrar como discípulos a los que estén desprevenidos”.[6]
Mi hermano (a), al advertencia está dada, los lobos rapaces están al acecho. Pero, ¿quiénes son esos lobos rapaces?… ¡buena pregunta!… ¡Hasta mañana!
Pr. Joe Saavedra
Desde la línea de batalla y un poquito antes del retorno de Cristo…
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