LLAMADOS (Miércoles 12 de octubre de 2011)
“Pablo, apóstol, no por investidura ni mediación humanas, sino por Jesucristo y por Dios Padre, que lo levantó de entre los muertos…” (Gálatas 1:1 NVI)
El apóstol Pablo tenía la convicción de que había sido escogido por Dios para realizar una obra especial. En forma general, un apóstol es alguien que ha sido enviado. En el caso de Pablo, el que lo había enviado era Jesucristo y Dios Padre, quien lo levantó de los muertos. Tenía por lo tanto un buen respaldo.
En forma específica, apóstol, es una transcripción de la voz griega apóstolos, derivada del verbo griego apostello (enviar o despachar). Este verbo se distingue del verbo pempo (otro verbo que significa «enviar») en que involucra la idea de ser enviado con un propósito especial o con autorización oficial. El sustantivo se emplea en el Nuevo Testamento de tres distintas maneras: (1) Designa un «enviado», «delegado» o «mensajero», como en el caso de Juan 3:16; (2) Designa a un miembro del grupo de los doce que Jesucristo seleccionó para ser de manera especial sus compañeros constantes y los pregoneros iniciales del mensaje del reino de Dios, como ejemplo lee Mateo 10:1-8. Pablo se consideraba parte de este grupo, 1 Corintios 9:1,2; (3) Designa en sentido general a maestros y misioneros destacados, como Jacobo, Bernabé, Timoteo o Silvano.[1]
De ser así, cada uno de nosotros estamos involucrados en la tercera categoría, en otras palabras tú y yo hemos sido llamados para dar testimonio de lo que hemos conocido y de lo que aprendemos cada día. Y el que es llamado, como dice el apóstol Pedro, “hágalo como quien expresa las palabras mismas de Dios”.[2]
Mi amigo(a), ¿has sido llamado por Dios?, si tu respuesta es afirmativa, entonces eres consciente de la responsabilidad que llevas, y esto significa estar a la altura de ese llamado, de reafirmarlo cada día y de dejar a un lado cualquier acción que te desvíe de tu compromiso. Elena de White lo explica de la siguiente manera: “La posición de aquellos que han sido llamados por Dios para trabajar en palabra y en doctrina para la edificación de su iglesia, es de grave responsabilidad”[3] y “debieran disponer de tiempo para la meditación, la oración y el estudio de las Escrituras”.[4]
Meditemos hoy en las siguientes preguntas: ¿Estoy siendo leal a mi llamado?, ¿entiendo la responsabilidad que llevo?, ¿dispongo de un tiempo en agenda para la oración, la meditación y el estudio de las Escrituras?… Nuestras respuestas sinceras harán un cambio en la vida y por consecuencia en la iglesia y en las responsabilidades que nos han encargado… ¡qué tengas un buen día!
Pr. Joe Saavedra
Desde mi rincón de poder y un poquito antes del retorno de Cristo…
Ubícame en mi página web: www.poder1844.org