LA ALEGRÍA DE AGRADECER (viernes 23 de diciembre de 2011)

«El SEÑOR es mi fuerza y mi escudo; mi corazón en él confía; de él recibo ayuda. Mi corazón salta de alegría, y con cánticos le daré gracias» (Salmos 28:7 NVI).

Una de las formas de vivir en paz y en alegría es tener un corazón agradecido. Y de la misma forma, una vida egoísta y disconforme con todo, vive mal e intranquilo. Con razón Salomón decía: “El corazón tranquilo da vida al cuerpo, pero la envidia corroe los huesos”.[1]

La “gratitud” es una “expresión natural en respuesta a las bendiciones, protección y amor”,[2] aunque en el contexto bíblico, no es una respuesta solamente a los favores que Dios hace por nosotros, sino a lo que Dios es y significa.[3] Y Dios es amor, es misericordia, es justo y en resumidas cuentas es nuestro Padre, por eso lo amamos y tenemos un corazón agradecido. No necesitamos tener una caja grande envuelta en papel regalo con una tarjetita que dice: “un regalo de Dios”, para ser agradecidos y para ser felices. El cristiano es feliz  porque su Padre Celestial está cerca y porque puede disfrutar de su amor.

Sin embargo, hay otros motivos más para estar agradecidos. ¿Te has dado cuenta de tantas cosas que el Señor nos da y la mayoría de veces no lo merecemos?, si te sugiriera este momento que hagas una lista de las cosas que tenemos que agradecer a Dios ¿qué pondrías? El hace salir el sol y la luna, refresca con la lluvia los campos, provee el pan cada día y renueva el vigor en nuestros cuerpos cansados, y a todo eso le añade regalos personales, con tu nombre y a tu medida.

Mi amigo (a), este fin semana y los días que faltan para acabar este año, recordemos que Dios es amor y que sus bendiciones son abundantes. No te canses de repetir como David: “El SEÑOR es mi fuerza y mi escudo; mi corazón en él confía; de él recibo ayuda. Mi corazón salta de alegría, y con cánticos le daré gracias”. Y no desechemos este consejo: “La ansiedad innecesaria es una cosa insensata y nos incapacita para ocupar una posición aceptable delante de Dios. Cuando el Espíritu Santo entra en el alma no habrá deseo de quejarse y murmurar por no tener todo lo que queremos. Más bien, agradeceremos a Dios de todo corazón por las bendiciones que tenemos”.[4]

¡Feliz sábado!

Pr. Joe Saavedra

Desde la línea de batalla  y un poquito antes del retorno de Cristo…

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[1] Proverbios 14: 30 NVI

[2] Walter A. Elwell and Philip Wesley Comfort, Tyndale Bible Dictionary, Tyndale reference library (Wheaton, Ill.: Tyndale House Publishers, 2001), 551.

[3] Ibid.

[4] En lugares celestiales, 16 de abril

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