LA AGUJA EN EL PAJAR
“Alégrense en la esperanza, muestren paciencia en el sufrimiento, perseveren en la oración.” (Romanos 12.12, NVI)
Sven Sachsalber, se ha hecho conocido a través de las redes sociales, porque pretende ser el primer hombre en hacer literal una frase que quizás a ti y a mí alguna vez nos han dicho: “Encontrarte es más difícil que encontrar una aguja en un pajar”.
Según informó la web Mashable, este sujeto lleva dos días buscando este objeto en una pila de heno ubicada al interior de la galería de arte Palais de Tokio, ubicada en París.
Por lo menos dos preguntas se han hecho los que han comenzado a seguir a este personaje: ¿Podrá encontrar una aguja en un pajar Sven?, ¿tendrá paciencia para hacerlo? Por más imposible que suene el propósito, el sujeto hasta el momento ha recibido gran apoyo en las redes sociales. Más de 903 personas compartieron la fotografía subida en el Facebook del Palais y 186 compartieron la imagen. Además, ha causado tanto furor su objetivo que También se dispuso un canal de YouTube en el cual se transmite en vivo esta peculiar iniciativa.
Muchos de sus seguidores estiman que Sachsalber podría tomarse más tiempo de lo esperado, pero lo cierto es que este hombre tiene mucha paciencia, y este don es la puerta para entender todas las dificultades y recibir todas las recompensas.
Dos conceptos generales del término “paciencia” dicen que es la “capacidad de sufrir y tolerar desgracias y adversidades o cosas molestas u ofensivas, con fortaleza, sin quejarse ni rebelarse”,[1] y la “calma o tranquilidad para esperar” alguna cosa.
En la Biblia, específicamente en el Antiguo Testamento, “paciencia” aparece 2 veces, en Job 6:11 cuya palabra hebrea ’arîk, tiene el sentido de “prolongar la vida”; y en Proverbios 25:15, cuya palabra hebrea ’ôrek ’appayim se traduce cómo “soportar con buen ánimo”.[2] De la misma forma, en el Nuevo Testamento dos palabras griegas pueden marcar el camino para una buena definición de paciencia: Makrothumía, que puede ser traducida “paciencia”, “firmeza”, “constancia”, “resistencia”; y hupomonḗ, que complementa la anterior palabra griega, que puede ser traducido como “fortaleza”, “perseverancia”.
Entonces, el concepto bíblico de “paciencia” es “la cualidad de resistir con firmeza, con la confiada expectativa de un fin deseado, a pesar de las dificultades, del desánimo y de las circunstancias desalentadoras y, a menudo, del sufrimiento”.[3]
Cómo líder espiritual constantemente escucho diferentes historias personales, y muchas veces no sé qué responder, porque hay experiencias donde el dolor es tan grande que las palabras quedan cortas. No obstante, el problema sea grande, pequeño o insignificante, la paciencia es la mejor medicina para una vida quebrantada o sacudida hasta el último cabello.
La paciencia también funciona eficientemente frente a los objetivos personales o los sueños más anhelados. Cómo un joven que me decía entre otras cosas: “No me sale”, “no estoy logrando lo que me propongo”, y mi respuesta era, “ten paciencia”. Y aunque suene tan simple, no te dejes llevar por la primera impresión porque paciencia es también perseverancia y determinación, y con ellos se corre una carrera y se llega a la meta. Y la práctica de esta virtud te hace soportar todos los pesos, te hace seguir adelante a pesar de los motivos de desánimo, te lleva a ejercer la fe a pesar de las pruebas, decepciones y tribulaciones del camino. Solamente conseguiremos nuestros objetivos o abrazaremos nuestros sueños si adquirimos esta determinación.
Mi apreciado(a) amigo(a), la vida no es fácil, nos toparemos con pruebas, con injusticias, con rechazos y todo tipo de complicaciones que harán de nuestra vida una desgracia si es que no le rogamos al Señor por el don de la paciencia.
Hace algunos días atrás escuché a uno de mis hijos, “no puedo”, “no va a salir bien”, y se quedó inmovilizado en una esquina. Mientras iba hacia él me acordé de este texto: “Alégrense en la esperanza, muestren paciencia en el sufrimiento, perseveren en la oración”. Lo abracé y oré con él: “Señor, no podemos, nos sentimos inmovilizados, ten misericordia de nosotros y damos el favor de la paciencia”. Abrimos los ojos, nos secamos las lágrimas y seguimos soñando./////.
Desde mi rincón de poder…y un poquito antes del retorno de Cristo…
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[1]Núria Lucena Cayuela, ed., Diccionario general de la lengua española Vox (Barcelona: VOX, 1997).
[2] Siegfried H. Horn, ed. Aldo D. Orrego, trans. Rolando A. Itin y Gaston Clouzet, Diccionario Bíblico Adventista (Buenos Aires: Asociación Casa Editora Sudamericana, 1995), 879.
[3] Siegfried H. Horn, ed. Aldo D. Orrego, trans. Rolando A. Itin y Gaston Clouzet, Diccionario Bíblico Adventista (Buenos Aires: Asociación Casa Editora Sudamericana, 1995), 878–879.
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