¿EXTINCIÓN DEL HOMBRE?
“La señal del Hijo del hombre aparecerá en el cielo, y se angustiarán todas las razas de la tierra. Verán al Hijo del hombre venir sobre las nubes del cielo con poder y gran gloria” (Mateo 24:30 NVI)
Muchas personas inteligentes están preocupados por el destino de la humanidad. Por ejemplo, un equipo internacional de científicos, matemáticos y filósofos que trabajan en el Instituto del Futuro de la Humanidad de la Universidad de Oxford está investigando cuál es el mayor peligro para la supervivencia del Hombre como especie.[1] En un documento denominado «Riesgo existencial como prioridad global», los técnicos hacen un llamado a los dirigentes internacionales a prestar mucha atención a una serie de amenazas. Por ejemplo, mencionan que las pandemias y los desastres naturales pueden causar colosales y catastróficas pérdidas de vida. También el impacto de un asteroide o una súper explosión volcánica puede ser un peligro. Asimismo, los conflictos bélicos, con su respectivo plus de corte atómico, puede ser una amenaza a la sobrevivencia humana, aunque el hombre podría sobrevivir a todo esto porque existen registros que la tierra ya pasó por experiencias similares que no lograron frenar el aumento de la población global. Sin embargo, dice la investigación, que hay una amenaza, que no tiene registro de sobre vivencia, una nueva clase de era tecnológica con el potencial de desafiar nuestro futuro como nunca antes.
Esta nueva era tecnológica, abarca experimentos en áreas como biología sintética, nanotecnología e inteligencia artificial, que está acercando a la humanidad hacia el territorio de lo accidental e imprevisto. El filósofo sueco Nick Bostrom, lo compara con un arma peligrosa en manos de un niño, además que informó a la BBC que el avance en la tecnología ha rebasado nuestra capacidad de controlar las posibles consecuencias. Un ejemplo puede ser la biología sintética, en la que la biología se encuentra con la ingeniería, que promete importantes beneficios médicos. No obstante, a Bostrom le inquietan las secuelas inesperadas de la manipulación de las fronteras de la biología humana. Es decir, la creación de nuevos organismos puede tener efectos secundarios ecológicos desconocidos, pues en los experimentos se hacen modificaciones genéticas, desmantelando y reconstruyendo las estructuras genéticas, y aunque nadie se propone hacer algo dañino, existe el peligro de que se dispare una secuencia de eventos no anticipada o de que algo se torne nocivo cuando se transfiera a otro ambiente.[2] También, como la nanotecnología, trabaja a nivel molecular o atómico, podría tornarse en algo altamente destructivo si se usa para la guerra, y por consecuencia, la destrucción masiva de la raza humana es inminente.
Los que creemos en las verdades bíblicas, aceptamos que la raza humana está en peligro por diversas acciones del mismo ser humano, así lo dice la Biblia, por ejemplo el Evangelio de Mateo 24, resalta peligros inminentes, donde el ser humano sin amor[3] será capaz de cualquier acción en detrimento de sus semejantes, y el desastre ecológico llegará a extremos peligrosos, sin embargo, el final del ser humano, a pesar de los peligros inminentes y catastróficos, tiene otro desenlace. El versículo treinta, dice que la angustia del ser humano llegara a extremos, cuando se encuentre frente a un evento que trae destrucción total a la tierra, y por ende a la raza humana, aunque sucede para confirmar la sobrevivencia total y final del hombre. ¿Qué evento será este?, la Biblia lo registra a lo largo de su contenido, y el comentario del apóstol Mateo es un ejemplo cuando dice: “La señal del Hijo del hombre aparecerá en el cielo, y se angustiarán todas las razas de la tierra. Verán al Hijo del hombre venir sobre las nubes del cielo con poder y gran gloria”.
¡Cristo vuelve!, es el clamor de júbilo que registra Las Escrituras, y sucede para sobrevivencia de la raza humana, porque si el Salvador no interviene, el ser humano desaparecería para siempre, porque juega con bombas que le van a estallar en la cara y no tiene escapatoria. El mismo Mateo confirma esto, pues alega: “Porque habrá una gran tribulación, como no la ha habido desde el principio del mundo hasta ahora, ni la habrá jamás. Si no se acortaran esos días, nadie sobreviviría, pero por causa de los elegidos se acortarán”.[4] ¡Cristo vuelve!, para salvar al hombre, aunque no podrá salvar a todos, sino solamente a los elegidos, y esto no significa que Dios tiene sus preferidos, sino que Él no obliga a nadie a hacer algo que no desea, sino que cada ser humano escoge voluntariamente el grupo al que se unirá, a los “escogidos” con esperanza de sobrevivencia, a los que “van según sus pasiones” y que caminan a su destrucción final.
En referencia a esto, el Apóstol Pablo le dio unos consejos al joven Timoteo, para que sea parte de los escogidos, y utiliza la ilustración de los vasos: “A pesar de todo, el fundamento de Dios es sólido y se mantiene firme, pues está sellado con esta inscripción: «El Señor conoce a los suyos», y esta otra: «Que se aparte de la maldad todo el que invoca el nombre del Señor». En una casa grande no sólo hay vasos de oro y de plata sino también de madera y de barro, unos para los usos más nobles y otros para los usos más bajos. Si alguien se mantiene limpio, llegará a ser un vaso noble, santificado, útil para el Señor y preparado para toda obra buena. Huye de las malas pasiones de la juventud, y esmérate en seguir la justicia, la fe, el amor y la paz, junto con los que invocan al Señor con un corazón limpio”.[5]
Mi amigo (a), es viable la autodestrucción del ser humano, sus propias acciones la garantizan, sin embargo, el final es otro, el retorno de Cristo garantiza la sobrevivencia de la raza humana, pero no de todos, la profecía bíblica dice: “En aquel día el Señor volverá a extender su mano para recuperar al remanente de su pueblo, a los que hayan quedado en Asiria, en Egipto, Patros y Cus; en Elam, Sinar y Jamat, y en las regiones más remotas. Izará una bandera para las naciones, reunirá a los desterrados de Israel, y de los cuatro puntos cardinales juntará al pueblo esparcido de Judá”,[6] ni siquiera de su pueblo, los escogidos, sino del remanente de su pueblo, los que hacen su voluntad, delante de la gente o a solas en sus habitaciones, y estos no son muchos.
¡Deseo ser parte del remanente de su pueblo!, ¿y tú?
Pr. Joe Saavedra
Desde la línea de batalla y un poquito antes del retorno de Cristo…
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