EL SOL BRILLA TODOS LOS DÍAS
“Pero para ustedes que temen mi nombre, se levantará el sol de justicia trayendo en sus rayos salud. Y ustedes saldrán saltando como becerros recién alimentados.”(Malaquías 4.2, NVI)
Hace pocas horas, la ciudad de Utqiaġvik,en Alaska, se despidió del Sol durante los próximos dos meses. Sus poco mas de 4.000 habitantes volverán a ver un amanecer soleado el 23 de enero del 2019.

Esta pequeña ciudad del polo norte, experimenta un fenómeno denominado la noche polar.[1]Este es un periodo de oscuridad y sin amaneceres que ocurre en el invierno de las zonas que están dentro de los círculos polares. Según Weather.com, «desde mediados de noviembre hasta finales de enero, el Sol no se eleva al norte del Círculo Ártico debido a la inclinación de la Tierra lejos de la radiación más directa del Sol».
Según CNN, Utqiaġvik no será el único poblado de Alaskaque vivirá la noche polar. Sin embargo, es el primero en experimentarla pues se encuentra muy hacia el norte del circulo polar Ártico. Las otras localidades donde iniciará esta larga noche son Kaktovik, Point Hope y Anaktuvuk Pass.
Lo interesante es que en este lugar, también se produce otro fenómeno, contrario a la noche polar, y es el Sol de medianoche, que es cuando el astro rey se mantiene por más de 24 horas sobre el cielo y sucede en verano.

Estos fenómenos climáticos, pueden aplicarse perfectamente a la experiencia cristiana. Cuantas noches polares espirituales congelan la fe y el estilo de vida de un hijo de Dios. Muchos cristianos han despedido al Sol de Justicia hace varios días, quizás un mes y otros ya lo hicieron indefinidamente. No muy pocos lo despiden el sábado por la tarde, para darle la bienvenida el próximo sábado por la mañana, dejando que toda la semana la oscuridad y el frío de una vida contraria a la voluntad de Dios, los haga tropezar y congele sus corazones.
Un seguidor de Jesús, que al empezar el día, no doble sus rodillas para hablar con Dios, y no deja que su Palabra le de las respuestas precisas que necesita, está preparándose para una noche polar espiritual, donde la oscuridad abrace y el frío haga correr a buscar abrigo en cualquier lugar. Ese seguidor, va a caer y su fervor espiritual se va a enfriar.
Pero hay buenas noticias, Cristo, el Sol de Justicia, puede terminar con la noche polar espiritual, y puede convertirse en el Sol de medianoche, que disipa la oscuridad y descongela los corazones fríos e insensibles. Vuelve a pensar en Él, vuelve a escuchar su voz, entrégale tu voluntad y vive de acuerdo a sus consejos, entonces verás un Sol radiante que calienta y da vida.

Mi apreciado(a) compañero(a) de fe, tú sabes como está tu fervor espiritual. Quizás el Sol de Justicia no calienta tu vida hace mas de un día, quizás un mes o quizás ya has encontrado un poco de calor en algún abrigo terrenal, pero allí estás congelado y paralizado, hasta tiemblas, pero piensas que eso es normal, que necesitas buscar mas abrigo.
Sin embargo, te recuerdo lo que profetizó Malaquías, oportuno para hoy y también para lo que ya se avecina: “…para ustedes que temen mi nombre, se levantará el sol de justicia trayendo en sus rayos salud. Y ustedes saldrán saltando como becerros recién alimentados”. Porque cuando Cristo brilla, hay vida, hay salud y hay prosperidad.

Dejemos que Cristo brille todos los días en nuestra vida, que los vientos fríos de los polos mundanos, no nos alcancen, porque “cuando vamos a Cristo como seres errados y pecaminosos, y nos hacemos participantes de su gracia perdonadora, el amor brota en nuestro corazón. Toda carga resulta ligera, porque el yugo de Cristo es suave. Nuestros deberes se vuelven delicias y los sacrificios un placer. El sendero que antes nos parecía cubierto de tinieblas brilla ahora con los rayos del Sol de justicia”.[2]
¿Qué piensas?/////////////////.

Desde mi rincón de poder… un poquito antes del retorno de Jesús…
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[1]La noche polar es el fenómeno contrario al Sol de medianoche, que es cuando el astro rey se mantiene por más de 24 horas sobre el cielo y sucede en verano. Por esto, cuando el Sol regrese a Utqiaġvikeste no se irá en algunos días.
[2]El camino a Cristo, 59.