CRECER (jueves 18 de agosto de 2011)
“Más bien, crezcan en la gracia y en el conocimiento de nuestro Señor y Salvador Jesucristo. ¡A él sea la gloria ahora y para siempre! (2Pedro 3:18 NVI)
Todos los organismos vivos crecen. Ese proceso es natural y se considera como señal de progreso y superación. Por el contrario, si un ser vivo no crece, entonces hay algún problema que tiene que superarse. En síntesis, crecer es sinónimo de vitalidad.
En el contexto de los seres vivos, el crecimiento es el proceso mediante el cual los seres vivos aumentan su tamaño y se desarrollan hasta alcanzar la forma y la fisiología propias de su estado de madurez (edad adulta). Otro concepto de crecimiento dice que es el aumento irreversible del tamaño en un organismo consecuencia de la proliferación celular que conduce al desarrollo de estructuras más especializadas del mismo. En resumen, crecimiento tiene que ver con desarrollo y madurez.
De la misma forma, un ser nacido en Cristo necesita crecer, y esta acción es prueba de vitalidad y del proceso de alcanzar madurez espiritual. El apóstol Pablo hace hincapié en eso cuando nos exhorta a crecer en gracia y conocimiento en Cristo. Sin embargo el mismo afirma que hay muchos que no crecen, que pasa el tiempo y siguen inmaduros, se volvieron enanos: “Yo, hermanos, no pude dirigirme a ustedes como a espirituales sino como a inmaduros, apenas niños en Cristo. Les di leche porque no podían asimilar alimento sólido, ni pueden todavía, pues aún son inmaduros…”[1]
¿Y cómo saber que estamos creciendo?, la respuesta podría ir en dos direcciones: (1) Pablo mencionó el asunto de los alimentos: “Les di leche porque no podían asimilar alimento sólido”. La cantidad de comida va en proporción al tamaño que tiene una persona, es decir, más grande más comida. Entonces si estas comiendo todos los días y en abundancia, quiere decir que estas creciendo y que estás grande. Y el alimento de todo cristiano es el estudio de Biblia, la comunión y la comunicación con Dios. Sin embargo, si a las justas abres tu Biblia los sábados en la mañana, o uno que otro día en la semana lees medio texto, entonces estás chiquito, raquítico o anémico espiritual. (2) El crecimiento se nota, la Biblia dice que por “sus frutos los conocerán. ¿Acaso se recogen uvas de los espinos, o higos de los cardos?”.[2] Es imposible crecer y que nadie se dé cuenta de eso. Con mis hijos puedo ilustrar este punto, porque la ropa va quedando chica y la ración de comida va aumentando. Entonces, si nadie nota cambios en ti, si tú mismo sientes que no estás progresando en tu fe y cada sábado se hace más pesado que el anterior, entonces no estás creciendo o quizás estés enfermo o en proceso de muerte espiritual.
Hoy es el día de evaluar nuestro progreso espiritual con estas simples preguntas: ¿estoy creciendo en gracia y conocimiento de Cristo?, ¿estoy cada día comiendo más de la Palabra de Dios?, ¿la gente está viendo cambios positivos en mi vida?… Que las respuestas te lleven a una reforma y reavivamiento espiritual, y esto es: crecer y no parar de crecer.
Pr. Joe Saavedra
Desde mi rincón de poder y un poquito antes del retorno de Cristo…
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