COSECHA

No se engañen: de Dios nadie se burla. Cada uno cosecha lo que siembra.” (Gálatas 6.7, NVI)

marlboro 2En 1978, la empresa de cigarros Marlboro contrató a Eric Lawson, un atractivo, rudo y musculoso actor, para ser la imagen en los anuncios de sus cigarros. Este joven apareció hasta 1981, cómo un vaquero en los avisos y publicidad de esta marca con un cigarro en la boca. Sin embargo, él no solo aparecía fumando en los carteles de Marlboro, sino que fumaba todos los días.

Lawson, adquirió la enfermedad pulmonar obstructiva crónica, o EPOC, causada por el tabaquismo, el cual lo hizo sufrir por muchos años. “Su esposa Susan Lawson informó el domingo que Eric falleció el 10 de enero en su casa de California. La causa fue una falla respiratoria originada por la enfermedad pulmonar obstructiva crónica, o EPOC, que padecía. La causa principal del EPOC es el humo del tabaco”.[1]

Los que lo conocieron afirman que Lawson empezó a fumar a los 14 años y se volvió un adicto. No fue hasta después de ser la imagen de Marlboro y participar de varias series televisivas que se sintió mal y su aspecto atractivo de desfiguró. Aun así, en medio de los dolores salió nuevamente en un comercial contra el tabaquismo donde parodiaba al Hombre Marlboro y en un segmento de «Entertainment Tonight»[2] para hablar de los efectos negativos del tabaco. Quizás para él fue demasiado tarde, pero quiso enseñar a todas las personas, especialmente a los jóvenes que todo lo que uno siembra trae frutos y se cosecha, no importa que sean cosas buenas o cosas malas.siembra 2

Por esto las palabras del Apóstol Pablo son acertadas: “…cada uno cosecha lo que siembra”, y este en una ley natural, y se llama así  porque todo ser humano está sujeto a ella ya que contiene sólo los deberes que son derivados de la misma naturaleza humana y porque su esencia puede ser captada por la luz de la razón sin ayuda sobrenatural. Es decir, no necesitamos ninguna fuerza sobrenatural para saber que si lanzamos una piedra al aire, ésta inevitablemente va a caer. Por eso, todo lo que hacemos ahora, inevitablemente trae consecuencias futuras. Con razón Elena de White escribió: “Cada semilla sembrada produce una cosecha de su especie. Así también es en la vida humana. Todos debemos sembrar las semillas de compasión, simpatía y amor, porque hemos de recoger lo que sembramos. Toda característica de egoísmo, amor propio, estima propia, todo acto de complacencia propia, producirá una cosecha semejante. El que vive para sí está sembrando para la carne, y de la carne cosechará corrupción”.[3]

Por otro lado, esta ley natural, deslinda responsabilidades a Dios, porque en su amor paternal se resiste a castigarnos por las acciones necias que cometemos, aunque el hombre se la pase responsabilizando a Dios de las consecuencias naturales de sus propias decisiones, pues es verdad que la mayoría de veces cosechamos lo que no debimos haber sembrado. Entonces está claro, que “Dios no destruye a ningún hombre. Todo hombre que sea destruido se cosechahabrá destruido a sí mismo. Todo el que ahogue las amonestaciones de la conciencia está sembrando las semillas de la incredulidad, y éstas producirán una segura cosecha. Al rechazar la primera amonestación de Dios, el faraón de la antigüedad sembró las semillas de la obstinación, y cosechó obstinación. Dios no lo forzó a la incredulidad”.[4]

Cómo padres debemos también considerar esta ley natural, porque va en relación a nuestros hijos. Estas dos preguntas deberíamos hacernos cada día: ¿Qué clase de semilla estoy sembrando en el  corazón de mis hijos?, ¿qué clase de semilla estoy dejando que se siembre en la vida de mis muchachos? “La cosecha, ¡oh, recuerde! la cosecha no está tan distante. No siembre mala semilla. Satanás está listo para hacer esa obra. Siembre sólo semilla pura y limpia”.[5]

Mis amigos (a), la ley es simple: “cosechas lo que siembras”, por esto, ¿no deberías seleccionar las semillas que recoges y siembras? o finalmente, si estás cosecha 3a tiempo, ¿no sería mejor arrancar de raíz la mala hierba que ya está creciendo? Recuerda: “Cada acto, cada palabra, es una semilla que llevará fruto. Cada acto de bondad bien pensado, de obediencia o de abnegación, se reproducirá en otros y por medio de ellos aun en otros, así como cada acto de envidia, malicia o disensión es una semilla que brotará en raíz de amargura de la cual muchos recibirán daño”.[6].

¡Qué tu cosecha solo sean frutos para el servicio, el cumplimiento de la misión aquí en la tierra y para vida eterna!////.

joe  firma 3

Desde un aula de clases… y un poquito antes del retorno de Cristo…

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[1] http://elcomercio.pe/mundo/eeuu/hombre-marlboro-muere-enfermedad-pulmonar-noticia-1705336

[2] Ibid.

[3] Palabras de vida del Gran Maestro, página 62.

[4]Ibid.

[5] Testimonios para la iglesia, tomo 2, página 73.

[6] Sketches from the life of Paul, 78, 79 (La fe por la cual vivo, página 157)

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