CORRE Y ACABA LA CARRERA

“He peleado la buena batalla, he terminado la carrera, me he mantenido en la fe” (2 Timoteo 4:7 NVI)

Tengo una preferencia especial por el atletismo, especialmente por las carreras. Estos días mientras retorno a casa, he podido tener tiempo para ver un poco de ese deporte, aprovechando las olimpiadas de Londres. Y tengo preferencia por las carreras, porque es emocionante ver el esfuerzo y la perseverancia de cada atleta por llegar a la meta, y porque cada uno de nosotros somos atletas y tenemos una carrera por delante, esto me hace latir más fuerte el corazón.  Observando las olimpiadas me topé con un atleta muy especial, al cual admiro y es una motivación cada vez que tengo una meta que alcanzar. El año  pasado, específicamente el 30 de agosto, escribí de él:

“Al leer las noticias y conocer la historia de Oscar Pistorius es para quedarse motivado. Este sudafricano, primer atleta paralímpico  admitido en una competencia con atletas «normales», alcanzó su sueño al llegar a las semifinales de 400 metros planos en el mundial de Corea del Sur, aunque el resultado de la competición haya sido desfavorable. A Oscar Pistorius le amputaron sus dos piernas por debajo de las rodillas antes de cumplir su primer año de vida debido a que nació sin peronés. Actualmente corre con prótesis de fibra de carbono… Cuando los sorprendidos periodistas lo entrevistaron después de correr con atletas normales y con todos los miembros completos, Pistorius dijo: ‘Pero estoy muy emocionado, porque ha sido una gran experiencia venir aquí, a Daegu, no sólo desde el punto de vista de competencia, sino como un aprendizaje para mí. Tengo recuerdos que he ganado y se quedarán conmigo por el resto de mi vida. Esto ha sido una gran bendición’… A pesar que la Asociación Internacional de Federaciones de Atletismo, en el año 2008, le prohibió competir con atletas normales, por considerar que sus prótesis de carbono le daban ciertas ventajas, pero él nunca se rindió y apeló ese fallo, finalmente el Tribunal de Arbitraje Deportivo (TAS)  le autorizó a competir en los Juegos Olímpicos de Pekín. Para correr en la prueba de 400 metros debería haber obtenido la marca mínima que le exige la federación a todo deportista, pero no la consiguió. Y una vez más no se rindió, hasta que este año pudo competir con atletas normales en los Mundiales de Daegu (Corea del Sur) en 400 metros y en el relevo 4×400, y su meta sigue siendo los Juegos Olímpicos, esta vez en Londres 2012”.

Hoy, pude ver a Oscar Pistorius otra vez en un televisor, presentado como el primer atleta con las piernas amputadas que compite en los Juegos Olímpicos, y que mantiene vivo su sueño de pelear por una medalla, tras avanzar con Sudáfrica a la final de relevo de 4×400 pese a no completar la semifinal debido a la caída de uno de sus corredores. Parecía que su equipo, Sudáfrica, se quedaba afuera de la final cuando el segundo relevo, Ofentse Mogawane, tropezó con el keniano Vincent Kiilu y cayó en la pista sin haber podido hacer la entrega precisamente a Pistorius. Quizás hasta ese momento, Oscar ya no tendría nada de que lamentarse, pero considero que su fe y perseverancia le van a dar alegrías más grandes, porque las autoridades olímpicas dijeron que el keniano había causado el accidente y descalificaron a su equipo. Eso fue aprovechado por Sudáfrica, que  presentó una apelación y pidió que le permitiesen correr la final pese a no haber completado el relevo. La federación internacional de atletismo aceptó la apelación y Sudáfrica estará en la final del viernes. Los especialistas, consideran que Sudáfrica, medalla de plata en el mundial del año pasado, es candidata a la medalla de oro. No sería raro observar en pocas horas a Oscar subido en el podio con sus dos piernas ortopédicas levantando su medalla de oro, total hace poco dijo: “Entreno duro porque quiero irme a la cama cada noche sabiendo que entrené más duro que cualquiera de mis rivales”.

Mi amigo (a), la carrera que tenemos en esta vida es dura y asfixiante muchas veces, y la carrera de la fe también es así. Acabar la carrera y vencer, requiere dar todo de nosotros, esto es, mucho esfuerzo y perseverancia. Existen otras alternativas con las cuales podemos evitar el esfuerzo, por ejemplo: atajos muy atractivos, carreras sin exigencias, o simplemente detenerse bajo cualquier sombra y salirse de la carrera. Hoy pude meditar en la historia de Oscar, él tenía todas las excusas para quedarse paralizado, y reclamándole a la vida por las injusticias, ¡pero no!, él tenía que correr sus carreras y se levantó para hacerlo. No sé qué parte de tu vida está herida o amputada, no sé lo que te falta, pero de una cosa estoy seguro que “sí puedes hacerlo”, en nombre de Jesús, todo se puede. Solo levántate, y empieza a correr, y no te vayas a dormir sin tener la seguridad que diste todo de ti.

¡Corramos!, las metas en esta tierra se pueden alcanzar; la meta más grandiosa, encontrarnos con Jesús, también está a nuestro alcance, aunque en ésta no importa cómo lleguemos, solo que lleguemos, y que digamos como Pablo: “… he acabado la carrera…”.

Pr. Joe Saavedra

Desde la línea de batalla  y un poquito antes del retorno de Cristo…

Ubícame en mi página web: www.poder1844.org

Videos de Oscar Pistorius:

[youtube=http://www.youtube.com/watch?v=OiG1IcjkkWU&feature=related]

[youtube=http://www.youtube.com/watch?feature=player_embedded&v=QD-oqGceF3A]

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