CONSECUENCIAS (lunes 06 de febrero de 2012)

 “Pero aun si alguno de nosotros o un ángel del cielo les predicara un evangelio distinto del que les hemos predicado, ¡que caiga bajo maldición! Como ya lo hemos dicho, ahora lo repito: si alguien les anda predicando un evangelio distinto del que recibieron, ¡que caiga bajo maldición!” (Gálatas 1:6-9 NVI)

Es tan peligroso el ataque de los enemigos internos, que el apóstol Pablo exhorta a los hermanos de Galacia que tengan cuidado de los que predican un evangelio diferente, porque esa acción envuelva maldición.

Para estar prevenidos de los ataques internos, es necesario saber quiénes son los lobos rapaces. Ellos pueden confundir, persuadir, y arrastrar a la iglesia fuera del camino que conduce al cielo. Su arma principal es la falsedad, sin embargo para lograr sus propósitos pueden practicar estas acciones, estemos atentos: (1) enseñan mentiras, (2) enseñan a medias, o (3) no enseñan nada. Todas estas acciones son los tentáculos de la forma falsa de actuar de Satanás y sus representantes; además,  producen tanto daño a la iglesia, porque algunos actúan a propósito y otros proceden sin saber que son instrumentos del enemigo.

Antes de desarrollar cada punto de las acciones de los falsos profetas, debemos saber que la mentira y lo que se relaciona a ella trae consecuencias dolorosas y mortales a la iglesia.  En primer lugar, la mentira concibe discordias y conflictos en la iglesia, recordemos dónde comenzaron los conflictos en el cielo y porqué: “Debido a que no era capaz de presentar directamente sus engaños acerca de Cristo, decidió desprestigiarlo mediante declaraciones e informes falsos. Como resultado de ello hubo guerra en el cielo y Satanás fue expulsado. Se convirtió en el enemigo modal de Cristo. Su esfuerzo constante consistió en contrarrestar de todas las maneras posibles su gran obra de salvar almas”.[1]

La mentira, engendra confusión, lleva a la duda y ésta a la incredulidad: “Los ángeles mentirosos hacen aparecer a los apóstoles corrompiendo sus propias enseñanzas y declarándolas adulteradas. De este modo se complace Satanás en sumir a los que se llaman cristianos, y a toda clase de gente, en incertidumbre respecto a la Palabra de Dios. Ese Santo Libro se interpone directamente en su camino para desbaratar sus planes; por lo tanto, él induce a los hombres a que duden del origen divino de la Biblia”.[2]

La mentira aleja del camino correcto, entretiene en actividades sin sentido, y desvía la atención de las cosas eternas para mirar al mundo: “Satanás y sus ángeles malos están vigilando toda avenida que conduce al corazón humano, tratando de forzar al alma para que acepte sus malignas sugestiones. El enemigo extiende trampas para ganarnos para el mundo, como las presentó en el desierto de la tentación a Jesús”.[3]

La mentira, te lleva a pensar que estás perdido, porque te induce a mirar tu condición en vez de mirar al Salvador: “Apartad sus miradas de su pobre yo pecaminoso para que miren al Salvador, y la victoria estará ganada. Contemplarán entonces por sí mismos al Cordero de Dios que quita el pecado del mundo. Verán el Camino, la Verdad y la Vida. El Sol de Justicia derramará sus refulgentes rayos en su corazón. La fuerte corriente del amor redentor inundará el alma reseca y sedienta, y el pecador será salvo para Jesucristo”.[4]

La mentira va pudriendo a las iglesias más profesas, como un fermento que leuda una masa: “No solamente está Satanás cautivando al mundo, sino que sus mentiras están leudando las profesas iglesias de nuestro Señor Jesucristo. La gran apostasía se desarrollará hasta llegar a las tinieblas de la medianoche, impenetrables como negro saco de cilicio”.[5]

Con razón, el mensaje es fuerte y sacude: “Pero aun si alguno de nosotros o un ángel del cielo les predicara un evangelio distinto del que les hemos predicado, ¡que caiga bajo maldición!”, porque las consecuencias de la mentira son desastrosas para la iglesia, hasta el punto de desviarla a caminos de muerte.

No podemos quedar indiferentes a las advertencias de la Biblia y el Espíritu de Profecía, no debemos pensar ingenuamente que  nadie nos puede engañar, no reaccionemos con soberbia  afirmando que estamos suficientemente preparados para desenmascarar cualquier engaño. Si excelsos ángeles, con mentes superdotadas, fueron arrastrados en la mentira, ¿cuánto más nosotros con nuestra fragilidad y mente débil?… “Estén alerta y oren para que no caigan en tentación. El espíritu está dispuesto, pero el cuerpo es débil”.[6]

Pr. Joe Saavedra

Desde la línea de batalla  y un poquito antes del retorno de Cristo…

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[1] Cada día con Dios, 4 de septiembre

[2] Primero escritos, capítulo: el espiritismo

[3] Hijos e hijas de Dios, cap: Elegimos lo mejor decidamos servir a Jesús

[4] ¡Maranatha, El Señor viene!, cap: Testimonio de corazón a corazón

[5] Palabras de vida del Gran Maestro, capítulo29

[6] Mateo 26:41 NVI

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