CON UNA SONRISA
“El corazón alegre se refleja en el rostro, el corazón dolido deprime el espíritu.” (Proverbios 15.13, NVI)
Escuché una frase original sobre la sonrisa: “Es una curva que endereza todos los problemas”. La verdad es que no sé si enderezará todos los problemas, pero en definitiva tendremos un poco más de fuerza para enfrentar las dificultades. Porque si dejamos que esa curva se dibuje en nuestro rostro entonces hemos activado el centro de producción de endorfinas, y esos péptidos te harán sentir mejor.
No obstante, hasta la sonrisa puede no ser “una curva” que enderece todos los problemas, porque “de los 19 tipos de sonrisas -reflejados en un estudio de la Universidad de San Francisco, en California, Estados Unidos- sólo 6 se ocurren cuando estamos pasando un buen momento”.[1]
El resto se produce cuando sentimos dolor, vergüenza, incomodidad, horror o cuando estamos tristes. Asimismo, una sonrisa también puede significar desprecio, enojo, incredulidad, que estamos mintiendo o que nos sentimos perdidos.
Mientras que las sonrisas genuinas existen como una recompensa en momentos en que hemos hecho algo bueno para nuestra supervivencia, las que no están vinculadas con el bienestar tienen menos que ver con cómo nos sentimos y más con lo que le queremos mostrar a los demás.
Muchas son un gesto amable para demostrar que estamos siguiendo las reglas, pero también pueden ser una forma efectiva de manipular a los demás o distraerlos de nuestros verdaderos sentimientos. Con mucha frecuencia, este símbolo universal de la felicidad se usa como una máscara.[2] Es decir, hay sonrisas que son falsas, y aparecen solamente como un cumplido o para lograr un objetivo personal y egoísta.
De los 19 tipos de sonrisa, que los expertos han clasificado, estos pueden ser algunos ejemplos que podemos considerar:
Moderada: es un intento por controlar una sonrisa feliz y automática, para no dejar ver por completo la dimensión de nuestras emociones positivas.
Avergonzada: aunque es idéntica a la anterior, es fácil distinguirlas porque la persona se sonroja o por la situación incómoda que la precede. También suele verse acompañada por una inclinación leve de la cabeza hacia abajo y hacia la izquierda.
Calificada: es aquella que intenta suavizar una noticia poco agradable, como por ejemplo cuando la recepcionista le debe decir a una persona que estuvo esperando por media hora que la próxima cita disponible es dentro de un año. Es quizá una de las sonrisas más irritantes ya que obliga al receptor de la sonrisa a sonreír en respuesta.
De desprecio: indica una mezcla de disgusto y resentimiento. Es muy parecida a la de verdadero placer, excepto que las comisuras de los labios se muestran más tensas.
Maliciosa: surge cuando nos alegramos por la desgracia ajena. Por razones obvias, cuando sabemos que alguien nos está mirando tratamos de tapar la sonrisa con una expresión de enojo y lo que surge como resultado en una sonrisa rígida, típica de los villanos de las películas de terror.
Falsa: Duchenne decía que se podía distinguir la sonrisa falsa simplemente mirando a los ojos de la persona que sonríe porque según él, los músculos de los ojos solo se contraen cuando una sonrisa es auténtica. Ahora sabemos que la mayoría de la gente puede contraer una parte del ojo de forma voluntaria. Por eso para descubrirla hay que tomar en cuenta otros factores. Por ejemplo, si se produce de forma abrupta o permanece en el rostro demasiado tiempo, o ocurre demasiado rápido después de la frase que supone acompañar.
Coqueta: como la que exhibe la Mona Lisa. Desde hace décadas, los psicólogos consideran que la obra de Leonardo da Vinci captura un acto de seducción. La modelo sonríe radiante mientras mira a lo lejos, luego mira hacia el costado, esboza una sonrisa avergonzada y rápidamente vuelve a posar su mirada en la lejanía.
No obstante, una persona que aceptó a Jesús y confía en que Él lo tiene todo bajo control, vive en paz y su corazón estará feliz a pesar de las circunstancias y eso se reflejará en su rostro con una verdadera curva que enfrente todos los temores. Esto lo sabía Zofar, por eso nos dice:
“Pero si le entregas tu corazón y hacia él extiendes las manos, si te apartas del pecado que has cometido y en tu morada no das cabida al mal, entonces podrás llevar la frente en alto y mantenerte firme y libre de temor.
Ciertamente olvidarás tus pesares, o los recordarás como el agua que pasó. Tu vida será más radiante que el sol de mediodía, y la oscuridad será como el amanecer. Vivirás tranquilo, porque hay esperanza; estarás protegidos y dormirás confiado”.[3]
Y eso también lo sabía Salomón por eso nos dijo: “El corazón alegre se refleja en el rostro, el corazón dolido deprime el espíritu”.
Yo terminé de escribir con una sonrisa y ¿tú?, ¿cómo acabaste de leer esta reflexión? /////////.
Pr. Joe Saavedra
Desde mi rincón de poder… un poquito antes del retorno de Jesús…
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[1]http://www.bbc.com/mundo/noticias-39621084
[2]Ibid.
[3]Job 11.13-18 NVI