“No se preocupen por lo que sucederá mañana, pues mañana tendrán tiempo para hacerlo. Ya tienen suficiente con los problemas de hoy” (Mateo 6:34 NBV)

La mejor y saludable forma de ver la vida es de “adelante hacia atrás”, es decir, del presente hacia el pasado, sin intención de lamentarse sino con el propósito de aprender y mejorar. Infelizmente, los seres humanos tienen la tendencia de mirarla de atrás hacia adelante, por eso el estrés, ansiedad, miedos e incredulidad han tomado protagonismo en sus vidas, hasta llevarlos a una existencia infeliz. La persona que vive tratando de visualizar el futuro, es una que no sabe de dicha constante ni tiene paz.
La manera más eficaz de vivir preocupado y en estrés, es estar persistentemente mirando el futuro y tratando de adivinar lo que vendrá. Es inútil intentar ver lo que pasará mañana, porque simplemente no sabemos si seremos parte de él, por lo mismo no tenemos ningún control sobre los sucesos que lo acompañan.
El estrés es una de las consecuencias físicas y emocionales de las preocupaciones. Esa condición es por sí sola la responsable de decenas de miles de muertes cada año y causa más daño que muchas enfermedades físicas. Al estar relacionado a las preocupaciones, su origen radica en las inquietudes del futuro, entonces podemos tener cierto tipo de control sobre él, porque el estrés no existe fuera de nosotros mismos y, por lo tanto, ninguna situación puede considerarse estresante en sí misma.
En síntesis, nos estresamos porque estamos preocupados en un futuro que es incierto, como niños asustados en medio de un cuarto oscuro. La solución es encontrar el interruptor y prender la luz. El interruptor es la capacidad que tenemos de controlar las decisiones que tomamos hoy, y la suficiencia para extraer lecciones de nuestra historia pasada. Si activamos ese interruptor, la luz de una vida en paz y dichosa estará a nuestro alcance. Con esa luz, las tinieblas de nuestras infundadas preocupaciones y el estrés se esfumarán. Por eso el evangelista fue acertado cuando escribió: “No se preocupen por lo que sucederá mañana, pues mañana tendrán tiempo para hacerlo. Ya tienen suficiente con los problemas de hoy”.

Por su lado, “la preocupación”, madre del estrés, no es el resultado de algo que experimentas en el presente, sino que se refiere a sucesos del pasado o hechos que podrían suceder en el futuro. Experimentas estrés en el presente, cuando no sabes lidiar con las preocupaciones que derivan de recordar el pasado con culpabilidad o la impotencia de ver el futuro.
Entonces, cuando me refiero a mirar la vida de adelante hacia atrás, es decir, del presente hacia el pasado, estoy partiendo del único tiempo que podemos manejar: HOY y la capacidad de recordar el pasado solo para aprender, recapacitar y mejorar. Si vivimos de esa forma, automáticamente estamos cerrando paso a las preocupaciones, y, de hecho, dejando afuera de nuestras vidas al mortal estrés. Lo curioso de esto es que, la Biblia enseña sobre las preocupaciones, y debería ser el antídoto contra el estrés para los cristianos, pero por el contrario, muchos de ellos andan preocupados y no es raro escucharlos decir: “estoy estresado”.
Un amigo me decía que le gustaría tener un borrador gigante que le permitiera borrar acciones equivocadas y decisiones tristes. Sé que muchos de nosotros nos gustarían también tener ese borrador, que desaparezca esas cosas que no hicimos bien. Pero, eso no es posible. Hay cosas que no podemos cambiar, pero sí aprender de ellas. No vale la pena vivir con resentimientos y rencores, es el pasado, aprende y perdona, al instante empezarás un año en paz. También es penoso, recordar las malas acciones y vivir culpándonos, esa vida de estrés se acaba, cuando hoy decidimos pedir perdón a Dios y cambiar de rumbo.
Asimismo, recordar lo que no logramos, para perforar la mente con arranques de rabia y pena, es convivir y abrigarte de preocupaciones y estrés. Aprende de los errores, dale color a tu nuevo año poniéndote nuevos retos y objetivos altos. Quizá este año viejo no lograste muchas cosas, quizá tus metas no se alcanzaron, de repente tus cuentas acabaron en rojo, pero ya pasó, mira un nuevo año lleno de oportunidades, esfuérzate de nuevo y recuerda que la batalla termina cuando tú lo decides, mientras sigas luchando, más cerca estás de la victoria

Finalmente, lo que tienes es HOY, y la mejor decisión es SEGUIR AVANZANDO, en esa condición las preocupaciones y el estrés se paralizan. Si te das cuenta, todo sigue su curso, la mañana da la bienvenida a la tarde y éste saluda a la noche. Tu corazón sigue latiendo, no se detiene, tampoco tu respiración. Si ellos se detuvieran, sería fatal, habría muerte, sería el final de todo. De la misma forma, no te puedes detener, solo un momento mira de adelante hacia atrás, el pasado sirve para aprender y el presente para soñar y seguir avanzando con fe.
Mi apreciado(a) amigo(a), cambia tu futuro aprovechando el presente, deja atrás los desaciertos, pero guarda las lecciones. Y hoy, mientras el sol se va ocultando y la noche va recibiendo un nuevo año, antes de cualquier evento programado en tu agenda, detente, busca un lugar donde puedas estar solo, cierra la puerta y mira de adelante hacia atrás con estas preguntas: ¿Qué hice?, ¿qué decisiones tomé?, ¿qué he logrado? Con las respuestas, valora las lecciones, decide hacer cambios y no tropieces con la misma piedra.
Asimismo, nunca pienses que algún fracaso o algún mal resultado, fue porque lo merecías o naciste en mala suerte, sino que toda tu vida es parte de un plan que Dios tiene para ti, que hoy no puedes entender, pero mañana cuando mires de adelante hacia atrás lo entenderás. He aprendido, no sin mucho dolor, que cada vez que miro hacia atrás nunca me reclamo las cosas que me han pasado ni afirmo si fueron buenas o desacertadas, porque camino bajo un plan que Dios tienen para mi vida. Lo seguro es que, si no aprendo las lecciones hoy, mañana Dios me volverá a tomar las mismas pruebas. Y te digo con sinceridad, yo ya quiero ver el final del plan… ¡Feliz nuevo año!.. voy a cerrar mi computadora porque necesito un momento para mirar de adelante hacia atrás. ¿Qué decides?, ¿qué piensas?
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