CARROS DE HIERRO
“El SEÑOR estaba con los hombres de Judá. Éstos tomaron posesión de la región montañosa, pero no pudieron expulsar a los que vivían en las llanuras, porque esa gente contaba con carros de hierro” (Jueces 1:19 NVI)
¿Por qué los guerreros de Judá no pudieron vencer a los cananeos que vivían en las llanuras de Canaán? Esta pregunta parecería absurda, teniendo en cuenta que el propio versículo ofrece una respuesta apropiada al problema: “los carros de hierro”. En esa época, estos carros eran lo más sofisticado en material de guerra. Varios comentaristas, mencionan que los cananeos habían aprendido el uso y construcción de carros de guerra de los hititas y horeos. Y podría ser cierta esa afirmación porque algunos estudiosos mantienen la postura que el carro de guerra nació en la zona del creciente fértil y Anatolia en los comienzos del II milenio a. C. en el reino de Mitani (Hititas).
El reino de Mitani parece que fue el responsable de la introducción del caballo de tiro y del carro de guerra en la Edad del Bronce en el Oriente Medio. El testimonio más antiguo del carro de guerra es el texto de Anitta, texto hitita del siglo XVIII a. C., que menciona 40 tiros de caballos en el asedio de Salatiwara. Dado que sólo se cita explícitamente a los caballos y no a los carros, se pone en duda la presencia de éstos. La primera noticia cierta de carros en el Imperio Hitita data del siglo XVII a. C. (Hattusil I). Se conserva un texto hitita sobre el entrenamiento de caballos, atribuido a Kikkuli de Mitanni en el siglo XV a. C.[1] Los hititas fueron hábiles aurigas. Desarrollaron un nuevo diseño, con ruedas más ligeras, con cuatro radios en lugar de ocho y capaz de transportar a tres guerreros en vez de dos. La prosperidad hitita dependía en gran medida del control de las rutas comerciales y de los recursos naturales, especialmente los metales.[2] No cabe duda, que para esa época estos carros de guerra eran armas superiores de los que poseían los hebreos.
Entonces, la respuesta a la pregunta sobre el fracaso de Judá en las llanuras de Canaán, es porque los cananeos usaron esta arma sofisticada, y que el texto bíblico confirma, porque el carro de guerra era una arma superior que no poseía el ejército hebreo y aunque, “en las zonas montañosas, donde no podían maniobrar la caballería ni los carros, vencían las audaces bandas de hebreos que podían movilizarse con agilidad”, eso no sucedía en el llano, porque “en los anchos valles de la llanura marítima, los cananeos mejor armados podían repeler sus incursiones”.[3]Sin embargo, esa respuesta no puede ser la más acertada, porque el texto empieza con esta frase: “El SEÑOR estaba con los hombres de Judá”. Es decir, si el Señor estaba con los hebreos, ¿por qué no pudieron vencer?, ¿acaso los carros cananeos eran más poderosos que los carros de fuego de los millares de ángeles?
No hay duda que el poder infinito estaba al alcance del pueblo de Dios, pero algo sucedió que la tribu de Judá no pudo dominar totalmente a sus enemigos. ¿Qué sucedió? ¿Qué pasó con los guerreros de Judá que se quedaron sin la fuerza divina? El siguiente capítulo del libro de los jueces explica la razón de todo esto. Te invito a leer el capítulo dos de ese libro y quizás mañana podamos entender mejor el proceder de Dios.
Mi amigo (a), ¿has fracasado pese a tener la convicción de que Dios iba a tu lado?, ¿pensabas que tenías la bendición de Dios en algún proyecto y todo salió mal? ¿Dónde está el problema? Seguro que la derrota no estaba en los carros del cielo, porque ellos no conocen derrota, ni la victoria en los carros de hierro. Tenemos que descubrir el detalle que no se ve, la respuesta que no conocemos, el concejo que no escuchamos.
Pr. Joe Saavedra
Desde la línea de batalla y un poquito antes del retorno de Cristo…
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