CARA DE LIMÓN

“Pondrá de nuevo risas en tu boca, y gritos de alegría en tus labios.” (Job 8:21, NVI)

There's an evolutionary explanation for why we're surprisingly bad at  recognising each other's laughter – Research Digest

Hay remedios para vivir sanos y dichosos que no tienen precio o que no implican demasiados sacrificios. Uno de ellos es la risa.

La risa es la reacción biológica de los humanos a momentos o situaciones de humor: una expresión externa de diversión. La risa se puede clasificar en función de duración y de su tono: desde la risita nerviosa hasta una carcajada.

Fisiologicamente, la risa está localizada en la zona prefrontal de la corteza cerebral. En esta zona, según los expertos, reside la creatividad, la capacidad para pensar en el futuro y la moral. El campo de la filosofía de mente sostiene que el origen biológico de la risa humana puede estar en una expresión compartida de alivio tras pasar el peligro.

La risa tiene ciertas peculiaridades. Algunos estudios demuestran que la risa varía en función del género: las mujeres tienden a reírse de una forma más cantarina, mientras que los hombres tienden a reírse bufando o gruñendo. Los bebés empiezan a reírse hacia los cuatro meses de edad. Asimismo, la laxitud que sentimos tras reírnos puede ayudar a inhibir la respuesta agresiva, convirtiendo la risa en un signo de conducta que indica la confianza en los compañeros.

Muy aparte de su definición y particularidades, lo cierto de la risa es que tiene un poder avasallador sobre el cuerpo, el cerebro y la salud.

Why we laugh when we know it's wrong

Sigmund Freud atribuyó a las carcajadas el poder de liberar al organismo de energía negativa. Esta capacidad fue científicamente demostrada cuando se descubrió que el córtex cerebral libera impulsos eléctricos negativos un segundo después de comenzar a reír. En lógica relación con esta evidencia, en los últimos años se ha afianzado la risa como terapia.

Además, cuando reímos, el cerebro emite una información necesaria para activar la segregación de endorfinas, específicamente las encefalinas. Estas sustancias, que poseen unas propiedades similares a las de la morfina, tienen la capacidad de aliviar el dolor, e incluso de enviar mensajes desde el cerebro hasta los linfocitos y otras células para combatir los virus y las bacterias. Las endorfinas desempeñan también otras funciones entre las que destaca su papel esencial en el equilibrio entre el tono vital y la depresión. De ellas depende algo tan sencillo como estar bien o estar mal.

Con razón, para una buena salud psicológica, está comprobado que la risa puede paliar un situación dolorosa y negativa, elimina el estrés, alivia cuadros de depresión y conlleva a exteriorizar emociones y sentimientos.

This Is Your Body on Laughter - Pacific Standard

En la dimensión de la buena salud física, reírse con todo el cuerpo provoca la participación de 400 músculos, se liberan endorfinas, se segrega adrenalina, se ventilan los pulmones, se relajan los músculos, se tranquilizan los nervios, aumenta el deseo sexual, alivia las digestiones, evita los resfríos, retrasa el envejecimiento y aumenta la vitalidad general.

Mi apreciado(a) amigo(a), la Biblia también relaciona un cuerpo sano e íntegro con la risa y la alegría, por eso profetiza: “Pondrá de nuevo risas en tu boca, y gritos de alegría en tus labios”. Sin embargo, muy a pesar de las bendiciones espirituales y corporales, conforme cumplimos años y se nos supone más sabios, perdemos la espontaneidad de dejarnos llevar por la risa, de buscar la carcajada o de encontrar la parte cómica a las situaciones. Más bien andamos con la cara larga, seria y arrugada, como si estaríamos probando un limón ácido. Por eso, hay veces que conviene aprender a reír, esforzarse para hacerlo o recordar cómo se reía, porque “gran remedio es el corazón alegre, pero el ánimo decaido seca los huesos”.[1] ¿Qué piensas?//////////.

Joe Saavedra

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[1]Proverbios 17:22 (NVI)

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