AVANCEMOS (jueves 29 de diciembre de 2011)

“Hermanos, no pienso que yo mismo lo haya logrado ya. Más bien, una cosa hago: olvidando lo que queda atrás y esforzándome por alcanzar lo que está delante, sigo avanzando hacia la meta para ganar el premio que Dios ofrece mediante su llamamiento celestial en Cristo Jesús” (Filipenses 3:13 – 14).

Aprender las lecciones que nos da el pasado y olvidar las desventuras que nos llenan de pesimismo, es el inicio de una restauración de la vida. Para que el cambio se realice, el esfuerzo diario, aprovechando el presente, nos prepara para vivir mejor y alcanzar las promesas eternas. No obstante para consolidar una vida restaurada, el apóstol Pablo aconseja: “sigo avanzando hacia la meta para ganar el premio…”. La vida no para, el tiempo tampoco, entonces la consigna debe ser: “seguir avanzando”, no importa lo que pase alrededor, si la vida continúa nosotros también.  Aplicado a nuestra experiencia cristiana, debemos entender que el enemigo no duerme, las tentaciones no dan tregua, entonces no podemos tomarnos un descanso o bajar la guardia frente al mal.

Considero, que uno de los errores significativos en la experiencia humana, es detenerse y tratar de volver atrás para comenzar de nuevo. Recordemos que el pasado no regresa, simplemente quedan los recuerdos de los cuales podemos obtener las lecciones, lo único seguro es el presente que debe ser bien aprovechado; por lo tanto, comenzar de nuevo no es retroceder ni detenerse, es hacer los correctivos necesarios y seguir para adelante. En el plano espiritual, dormirse es fatal, porque quedarse quieto teniendo en derredor al “león rugiente” es acabar en sus fauces, recordemos lo que el apóstol Pedro dijo de aquellos que se detienen a dormir: “Sed sobrios y velad. Vuestro adversario, el diablo, como león rugiente, anda alrededor buscando a quién devorar”.[1]

Mi amigo(a), no te detengas, definitivamente el camino es complicado y peligroso, ¡pero no te detengas!, falta poco y la carrera acaba, allí sí, delante del trono podremos descansar, en el regazo del Señor estaremos seguros. Hay un premio delante nuestro, y es de mayor valor que cualquier pasatiempo humano, ¡no lo pierdas de vista! Avanzando con  nosotros va Jesús que “no permitirá que tu pie resbale”, porque “jamás duerme el que te cuida”.[2]

“El hijo de Dios debe tratar de alcanzar cada vez mayores alturas. Debe confesar todo pecado, para que debido a su ejemplo otros se sientan inducidos a confesarlos también y recibir la fe que obra por el amor y purifica el alma. Debe estar constantemente en guardia, sin detenerse nunca, sin volver atrás, siempre avanzando hacia la elevada vocación de Dios en Cristo. . .”[3]

Pr. Joe Saavedra

Desde la línea de batalla  y un poquito antes del retorno de Cristo…

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[1] 1 Pedro 5:8 RVA

[2] Salmos 121:3 NVI

[3] Cada día con Dios, 9 de noviembre

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