AROMA A CRISTO

“Porque para Dios nosotros somos el aroma de Cristo entre los que se salvan y entre los que se pierden” (2 Corintios 2:15 NVI)

aroma-nariz-oler-620x250-28092011La palabra “olor”, es el término general, que se utiliza para explicar la sensación que ocurre al contacto del sentido del olfato con el medio ambiente. Por eso, “el olor es la sensación resultante de la recepción de un estímulo por el sistema sensorial olfativo. El término indica tanto la impresión que se produce en el olfato, como lo que es capaz de producirlo. Es una propiedad intrínseca de la materia. El olor es el objeto de percepción del sentido del olfato”.[1] Asimismo, para describir específicamente un olor placentero, la palabra correcta es “aroma”, y se entiende por un “olor muy agradable”, un “perfume”.[2] En ese sentido el apóstol Pablo, toma la figura de los olores, y nos recuerda que fuimos llamados a ser un olor agradable para el mundo, y ese olor apetitoso, solamente lo encontramos en el aroma de Cristo, y este aroma “es una señal palpable de que Dios ha irrumpido en el mundo, en gracia y en juicio, por medio de la ofrenda sacrificial de sí mismo que Cristo ha hecho, tal como ésta es proclamada por los apóstoles”.[3]

La única forma de tener el aroma de Cristo es convivir con Él, es decir, ese aroma le pertenece al que a “sido crucificado con Cristo” y ya no vive más, porque Cristo vive en él, y Pablo completaba la idea al decir: “Lo que ahora vivo en el cuerpo, lo vivo por la fe en el Hijo de Dios, quien me amó y dio su vida por mí”.[4] Porque la verdad es que los olores se pegan, es decir, olemos al ambiente en que vivimos, a la forma como vivimos y con quién vivimos. Con razón el domingo pasado, entré a la cocina a realizar mi parte para el almuerzo de ese día, y mientras cumplía cabalmente mis responsabilidades, escuché que mi esposa decía: “se me ha pegado el olor del ajo en los dedos… cómo hago para que desaparezca… que vergüenza que mis pacientes puedan percibir ese olor”. Cómo buen habitante del siglo XXI, busqué en internet algunas soluciones para mi atribulada compañera. Y mientras buscaba la solución, me enteré que el ajo tiene vitaminas A, B1, B2 y B6; y minerales como hierro, fósforo y potasio, además, ayuda a fortalecer el sistema inmunológico, a mejorar la circulación de la sangre, a eliminar las toxinas en el organismo y a reducir la presión arterial elevada, pero también, que el olor era un reto para el que lo utiliza. Encontré varias soluciones, pero una sí fue efectiva: “lavarse las manos con agua fría y en abundancia, pero sin frotar una con la otra”. feflejo

Entonces cómo el olor se impregna, convivir con acciones pecaminosas, es arriesgarse a oler como ellas, es permitir que la gente no perciba en nuestras vidas el aroma de Cristo, es decir, la gente no va a conocer la esperanza bendita del perdón y nueva vida en Cristo. ¿A qué estás oliendo mi apreciado amigo (a) cristiano (a)?, ¿la gente percibe en ti el “aroma de Cristo”?, ¿o tu vida está oliendo al “ajo” de la vida de pecado y de un cristianismo falso? Si el olor no es a Cristo, hoy mismo, lávate con abundante agua del arrepentimiento y la confesión de tus pecados, y restaura tu comunión rota con el Salvador.

Mi hermano (a) en la fe, nuestro deber es llevar a otros el aroma de Cristo, que las personas que viven en medio de olores embriagantes, perturbadores o nauseabundos, puedan respirar el olor de una nueva vida, porque “cuando la gracia de Dios reine en el interior, el alma quedará rodeada de una atmósfera de fe y valor, y de un amor como el de Cristo, una atmósfera que vigorizará la vida espiritual de todos los que la inhalen…”.[5] Recordemos que “no nos predicamos a nosotros mismos sino a Jesucristo como Señor; nosotros no somos más que servidores de ustedes por causa de Jesús. Porque Dios, que ordenó que la luz resplandeciera en las tinieblas, hizo brillar su luz en nuestro corazón para que conociéramos la gloria de Dios que resplandece en el rostro de Cristo”.[6]

¿A qué vas a olor hoy?

Pr. Joe Saavedra

Desde la línea de batalla  y un poquito antes del retorno de Cristo…

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[1] http://es.wikipedia.org/wiki/Olor

[2] http://es.thefreedictionary.com/aroma

[3] Gerhard Kittel, Gerhard Friedrich and Geoffrey W. Bromiley, Compendio del Diccionario Teológico del Nuevo Testamento (Grand Rapids, MI: Libros Desafío, 2002), 282.

[4] Gálatas 2:20 NVI

[5] La maravillosa gracia. Capítulo: Una atmósfera vivificante

[6] 2 Corintios 4:5-6 NVI

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