AMOR CONGELADO
“Habrá tanta maldad que el amor de muchos se enfriará,” (Mateo 24.12, NVI)
En esta última década el amor de los hombres no solo se ha enfriado, sino está congelado. Las imágenes del infame asesinato de un policía que estaba desarmado y herido, en el ataque de este miércoles a la sede de una revista francesa, ha sacudido a muchas personas y ha mostrado el nivel de insensibilidad de los seres humanos, confirmando que el amor ha sido confinado al lugar más frío de la Tierra.
Este acto que ha conmocionado a Francia, fue el epílogo del ataque contra la revista satírica francesa Charlie Hebdo en el que este miércoles murieron a tiros 12 personas en París, Francia. Ocho periodistas -entre ellos el editor de la revista, Stephane Charbonnier- y dos policías figuran entre los muertos. A esto se suma que mientras escribo esta reflexión, otras dos situaciones que definitivamente van a acabar en tragedia, ocurren en Francia: Al sureste de París, un hombre tiene retenidas a cinco personas en una tienda judía. El sujeto sería autor del asesinato de una policía ocurrido el jueves. Y al noreste de París, los terroristas que atacaron Charlie Hebdo el miércoles están cercados por las autoridades que han desplegado una enorme operación para capturarlos. Todo esto es una muestra más de las horrores que puede hacer una persona y nos impresiona mucho más, porque en la actualidad es más fácil filmar estos actos insanos y mostrarlos a través de las redes. En definitiva el amor está congelado, y podríamos decir en un sentido ilustrativo, que los cuerpos humanos andan sin corazón.
Lo cierto es que hay menos amor genuino y sobreabunda el amor fingido. No obstante, gran parte del amor que aparentemente es genuino, proviene de fuentes incapaces de producir amor verdadero. Asimismo, a pesar que pueda existir un amor bien intencionado, este no puede ser el verdadero, porque procede de esfuerzos humanos, y las acciones humanas están mezcladas de malas intenciones.
El amor genuino proviene de una fuente pura, y ésta puede estar a nuestro alcance. El apóstol Juan, presenta la fuente verdadera del amor y da las pruebas para saber si el amor que uno profesa viene de Dios, de lo contrario es un amor congelado. Leamos Juan 4:7–8:[1]
- El amor es de Dios: El v. 7 comienza con un imperativo: “Amados, amémonos unos a otros”. A primera vista, pareciera fácil cumplir este mandamiento, pero no lo es. Entre nosotros, los seres humanos, hay la tendencia a creer que podemos imitar los atributos de Dios o hacer sus obras. Nada está más lejos de la verdad. En nosotros mismos no existe el verdadero amor ni la capacidad de imitarlo.
- El amor es de Dios, no del diablo: El hombre natural sólo puede producir odio o amor artificial, porque él es de su padre el diablo, quien es homicida desde el principio (Juan 8:44). Aun cuando el hombre natural no haya llevado al terreno de la práctica el homicidio, en su corazón existe la propensión a él, porque no ha nacido de Dios.
- El amor es de Dios, no de la carne: El creyente carnal, que no tiene comunión con Dios, no puede producir el verdadero amor tampoco. La primera virtud mencionada en Gálatas 5:22 como fruto del Espíritu, es el amor. El fruto del Espíritu se produce en el creyente cuando permanece en Cristo (Juan 15:1–8). Esta clase de amor sí puede cumplir con el mandamiento de Dios de amarnos unos a otros, porque proviene de él. Se da al que ha nacido de Dios, y le conoce.
Mi amigo (a), en estos momentos varias familias francesas están llorando, porque sus amigos y familiares han muerto por causa de seres humanos con el corazón congelado. Quizás nosotros no podemos hacer nada por un mundo donde el amor está muy frío, pero si podemos cambiar el entorno que nos rodea. Mostremos a nuestra familia, amigos, iglesia y vecinos que el Sol de justicia ha descongelado nuestros corazones y que nuestro amor es genuino. Con el corazón descongelado podemos mostrar y decir: “Dios es testigo de cuánto los quiero a todos con el entrañable amor de Cristo Jesús”.[2] ¡Que así sea!//////.
Lejos de casa, cerca de mi hogar… ¡Maranata!
Ubícame en la página web: www.poder1844.org, en el Facebook: http://www.facebook.com/poder1844, o en Twitter: https://twitter.com/joesaa (@joesaa)
[1] Arturo Collins, Estudios Bíblicos ELA: Comunión sublime (1ra Juan) (Puebla, Pue., México: Ediciones Las Américas, A. C., 1995), 61–62.
[2] Filipenses 1.8 NVI