ABAJO ES UNA COSA… DE ARRIBA VIENE OTRA (miércoles 23 de noviembre de 2011)
“Extiende tu mano desde las alturas y sálvame de las aguas tumultuosas; líbrame del poder de gente extraña…Cuando abren la boca, dicen mentiras; cuando levantan su diestra, juran en falso…” (Salmos 144:7-8 NVI)
Hay tantas cosas que suceden aquí abajo, en nuestra tierra llena de confusión y peligros. Por todo lado las voces claman por ayuda y las lágrimas empapan los rostros de angustia. En medio de toda la miseria y el desorden se pueden escuchar pedidos de justicia. Todos quieren justicia, todos la buscan.
Y tienen razón al pedirla, porque cuanto más nos acerquemos al retorno de Cristo, los días estarán llenas de injusticia. Empero, los creyentes justos no están a salvo de la gente injusta, más bien son el blanco perfecto y su raza preferida. Hay muchos que están siguiendo su propia voluntad, están cegados por sus ocupaciones y tergiversan la verdad para propio fin, como Balán, de este incidente el apóstol Pedro comenta: “Han abandonado el camino recto, y se han extraviado para seguir la senda de Balán, hijo de Bosor, a quien le encantaba el salario de la injusticia. Pero fue reprendido por su maldad: su burra —una muda bestia de carga— habló con voz humana y refrenó la locura del profeta”.[1]
Aquí abajo, reina la injusticia, pero de las alturas vendrá la justicia de Dios, y aunque las aguas sean tumultuosas, y arrastren falsedad e injusticia, la voluntad de Dios prevalece. Y es muy posible que Dios obre milagros para refrenar a los injustos. Mi amigo (a), no pierdas la confianza en Dios, no enfoques tu mirada en las acciones injustas, mira arriba, allí se está la mano poderosa de Dios lista para actuar en el momento indicado.
Elena de White, apropósito de la injusticia en los tiempos finales dice: “Debemos acercarnos mucho más a Dios. Nuestra vida diaria debe tener menos del yo y más de Jesucristo y su gracia. Vivimos en un período importante de la historia del mundo. El fin de todas las cosas está cercano; las arenas del tiempo se están escurriendo rápidamente; pronto se dirá en el cielo: ‘Hecho está’ (Apoc. 21: 6). ‘El que es injusto, sea injusto todavía; y el que es inmundo, sea inmundo todavía’ (Apoc. 22: 11)”.[2]
Pr. Joe Saavedra
Desde mi rincón de poder y un poquito antes del retorno de Cristo…
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