NUEVO Y LISTO PARA USAR

“El que estaba sentado en el trono dijo: «¡Yo hago nuevas todas las cosas!» Y añadió: «Escribe, porque estas palabras son verdaderas y dignas de confianza.»”(Apocalipsis 21.5, NVI)

Retrato surrealista.

Desde su origen, el ser humano ha lidiado con sus complicaciones y desventuras de vida. Los errores, las pérdidas, los accidentes existenciales y los malos recuerdos han hecho que muchos hombres se hundan en el fango oscuro y pestilente de una vida sin sentido. Otros en cambio, se han lanzado a la búsqueda de cualquier cosa que ahuyente sus miedos, les borre los recuerdos y les provea una vida plena. 

Una de las filosofías de superación humana, que se ha mantenido vigente por mas de dos milenios es el “estoicismo” o como algunos lo llaman: la filosofía anti-caos. Cada vez más personas buscan en ella los antídotos contra las dificultades de la vida contemporánea.

Las cuestiones centrales del estoicismo, una filosofía creada hace más de 2.000 años, se basan en estas dos preguntas básicas:  ¿Cómo vivir una buena vida en un mundo impredecible? ¿Cómo hacer lo mejor dentro de nuestras posibilidades mientras aceptamos lo que está fuera de nuestro control? 

Ilustración de Epicteto.

En base a lo anterior, el estoicismo predicó el valor de la razón, al proponer que las emociones destructivas son el resultado de errores en nuestra manera de ver el mundo y puso énfasis en el hecho de aceptar sin reparos las cosas externas que estan fuera del control humano. Asimismo, ofreció una guía práctica para permanecer resueltos, fuertes y en control de la situación. 

La escuela estoica tuvo una profunda influencia en la civilización grecorromana y, en consecuencia, en el pensamiento occidental en general, hasta nuestros días.

La mala noticia es que ni esa filosofía, con sus métodos y técnicas bien elaboradas han podido estabilizar emocionalmente al hombre, porque hoy en día, se hunde en depresiones, ansiedades y soledad, resultado de una vida vacía y sin dirección. Este pensamiento y otros de su tipo, quieren sacar fuerza de la debilidad, salud donde hay enfermedad.  

La buena, es que hay un estilo de vida superior, el Estilo del Cielo, que ha ido liberando a los hombres de la felicidad superficial, del conformismo y la apatía existencial, productos de las prácticas estoicas. 

El Estilo del Cielo, es una manera de vivir y enfrentar las cosas por encima de cualquier filosofía secular, donde el ser humano es el centro de todo, donde es impulsado a enfrentar las complicaciones de su existencia completamente solo y con sus propias fuerzas. No obstante, el método del Cielo, es superior, porque nos provee lo necesario para hacer frente a todas las experiencias de la rutina humana, y no solo eso, también nos ofrece compañía constante y auxilio divino.

La afirmación, “Yo hago nuevas todas las cosas”, puede resumir el método del cielo, lo que Dios quiere hacer por nosotros. Estos puntos, podrían ser la nueva columna vertebral de tu vida en este Nuevo año, a la manera del Cielo:

  1. Si hay alguna cosa nueva, quiere decir que lo viejo debe quedar en desuso. Un telegrama, era un mensaje de texto de pocas palabras, que llegaba en un par de días a su destinatario y era lo más rápido para comunicarse a otra ciudad o país. ¿Te acuerdas del telegrama?, quizás no, porque eso es viejo. Ahora lo nuevo es una comunicación rápida y en vivo, a donde quieras, a través del internet. No es posible que sigamos usando un telegrama cuando tenemos la posiblidad de comunicarnos mas rápido y mostrar todo lo que deseamos.  ¿Qué hay de viejo en tu vida?, ¿qué recuerdos te tienen deprimido o con miedo?, ¿qué prácticas o estilo de vida te hacen infeliz pero no quieres dejar de hacerlo?, ¿qué cosa te está impidiendo tener una vida en paz y plena? Pablo sabía de esto, por eso dice: “Más bien, una cosa hago: olvidando (dejando, botando) lo que queda atrás y esforzándome por alcanzar lo que está delante, sigo avanzando hacia la meta…”.[1]TIENES QUE DESCUBRIR LAS COSAS VIEJAS, Y SI YA SABES CUALES SON, DESHASTE DE ELLAS. 
  2. Todas las cosas viejas se tienen que botarpero no todo se tiene que olvidar. Hay algunas experiencias que bien valdrían recordar para toda la vida, porque sus enseñanzas nos impedirán cometer los mismos errores y nos servirán para ayudar a otros. Por ejemplo, en mi talón tengo una cicatriz producto de un clavo que pisé por andar sin zapatos, quizás con ellos el dolor hubiese sido menor. Ahora, cada vez que lo veo, me recuerda que no debo estar caminando ni jugando sin zapatos, porque pueden haber clavos que me lastimen. Hay cosas viejas que deben quedar en el pasado, pero debes recordarlo toda tu vida, pues harán que tus cosas nuevas no se envejezcan. Job, el hombre de las desventuras dijo: “Si llegas a ponerle la mano encima, ¡jamás te olvidarás de esa batalla, y no querrás repetir la experiencia!”.[2]NO ESCONDAS LAS CICATRICES DE TU VIDA, QUE SEAN TUS MEJORES MAESTRAS. 
  3. No te deshagas de las cosas viejas, sino tienes algo mejor y nuevo. La Biblia dice que “nadie remienda un vestido viejo con un retazo de tela nueva, porque el remiendo fruncirá el vestido y la rotura se hará peor”.[3]En tu vida no puedes ir reemplazando tus equivocaciones por otras peores, ni “podando las ramas sino te encargas de la raíz”. Dios quiere, que antes que hagas cambios o pongas “parches nuevos”, todo el vestido, es decir, tu vida, tiene que ser nueva. Y Él hará toda la renovación: “Les daré un nuevo corazón, y les infundiré un espíritu nuevo; les quitaré ese corazón de piedra que ahora tienen, y les pondré un corazón de carne”.[4]AHORA SÍ, CON EL VESTIDO NUEVO, QUITA TODOS LOS PARCHES VIEJOS Y COLOCA LOS NUEVOS.
  4. Dios puede hacerlo todo nuevo. Hay esperanza que en el siguiente segundo, lo que ya está firmado, cerrado y acabado, puede terminar de otra manera. No te aferres al pasado ni a sus resultados, lo que fue ya fue, no puedes hacer nada por lo que ya pasó, sea bueno o malo. Lo único que conseguirás aferrado al pasado y las cosas viejas, es morir de angustia lenta y dolorosamente. Mira el futuro, eso es lo que puede venir, eso es quizás lo que puedes tocar, allí quizás está lo que juzgas ahora como imposible, pero tampoco vivas por él, porque nadie sabe si vendrá. Lo mejor es disfrutar y aprovechar el presente, es lo que tienes, es lo seguro. Cada día es el presente que Dios te da, y todo está renovado, todo es nuevo. La tarde, la noche oscura y cansada se ha ido, tu Padre te da un nuevo día, porque Él lo hace todo nuevo. No despercidies tu presente, con el pasado que no tienes control ni por el futuro que no sabes si llegará. Por eso la voz de Salomón es oportuna: “Aquello que fue, ya es; y lo que ha de ser, fue ya; y Dios restaura lo que pasó”.[5]VIVE EL PRESENTE, DEJA ATRÁS EL PASADO.

Mi apreciado(a) compañero(a) de fe, en pocas horas se acaba este año, pronto pasará a ser el pasado. Mientras escribo esto, cada palabra es una reflexión para mí mismo, porque el año que se va me está dejando marcas buenas y marcas malas. Pero me agarro en el Señor de las cosas nuevas, y en el estilo de vida que quiere para mi familia y para mi. Hay cosas extraordinarias que no quiero dejar pasar, hay otras malas que quiero olvidar, pero recordarlas me harán ser una mejor persona. A la vez, hay muchas cosas que debo dejar atrás, porque mi Padre, quiere hacerlo todo nuevo.

Él conoce nuestra historia, y fue testigo de cada incidente gratificante o doloroso que hemos pasado, asimismo, conoce cada rincón de nuestros corazones, y nuestros mas íntimos deseos. Nadie nos conoce mejor que nuestro Creador, entonces nadie nos puede dar mejores y nuevas oportunidades. Por eso, al comenzar este nuevo año, creamos en esto: “El que estaba sentado en el trono dijo: «¡Yo hago nuevas todas las cosas!».

Ahora, sácale brillo a tu nueva vida, no la vuelvas a desperdiciar. /////////////////.

Desde mi rincón de poder… un poquito antes del retorno de Jesús…

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[1]Filipenses 3.13,14 NVI 

[2]Job 41.8 NVI 

[3]Mateo 9.16 NVI 

[4]Ezequiel 36.26 NVI 

[5]Eclesiastés 3.15 NVI 

¿Y SI LO DOY TODO?

“Con mi ejemplo les he mostrado que es preciso trabajar duro para ayudar a los necesitados, recordando las palabras del Señor Jesús: ‘Hay más dicha en dar que en recibir’.”(Hechos de los Apóstoles 20.35, NVI) 

Zura Karuhimbi

Quien entiende bien esto es Zura Karuhimbi, quien arriesgando su vida, salvó a mas de 100 personas de morir despedazados, en Ruanda. Zura, no tenía armas para defenderse cuando un grupo de hombres con machetes rodeó su casa y le exigió que entregase a todas las personas que se refugiaban dentro. Lo que sí tenía era amor verdadero, que la llenaba de valentía y la impulsaba a entregar todo, inclusive la vida. 

Era 1994, y en Ruanda, se vivía uno de los mayores genocidios que acabó con la vida de 800.000 personas. Inclusive Zura, perdió a su primer hijo y una de sus hijas. 

Esta violencia étnica que terminó en una matanza entre hermanos, empezó desde que Zura era una niña. Alrededor del año 1925, los belgas decidieron tomar la población de Ruanda y dividirla en dos grupos marcadamente diferentes, con tarjetas de identidad que los definían como pertenecientes al grupo étnico hutu o al tutsi.

Zura Karuhimbi con una de las personas a las que salvó la vida en su refugio.

La familia de Zura, era hutu, el grupo mayoritario en Ruanda. La minoría tutsi era considerada superior, y, por ello, en tiempos de la colonia tuvieron acceso a mejores trabajos y oportunidades de estudio, es decir, los hutus eran la clase pobre y excluida, en cambio los tutsi, los ricos e intelectuales. Esta desigualdad, generó tensiones entre los dos grupos. En 1959, la etnia hutu, se reveló y obligaron al rey tutsi Kigeri V, junto con decenas de miles de tutsis a exiliarse en la vecina Uganda, en lo que se denomina la revolución hutu en Ruanda. Pero esta rebeldía hutu, desencadenó un lucha étnica, que hizo olvidar que eran hermanos. 

Esta lucha sangrienta llegó al clímax, cuando en abril de 1994, el avión del presidente hutu Juvénal Habyarimana fue derribado. Esta acción desató una guerra entre etnias, donde los hutus, por ser mayoría y tener el poder político, empezaron a inclinar la balanza a su favor, de tal forma que empezaron una matanza de tutsis, llegando a un punto tal que muchos maridos hutu abandonaban a sus mujeres tutsis para salvarse.

Imagen de Zura Karuhimbi

Zura, sabía que muy pronto la milicia hutu llegaría a su pequeña aldea, buscando tutsis para acabarlos, como lo estaban haciendo en otras. No obstante, ella confiaba en el Señor, había dejado a un lado las creencias místicas y mágicas de su familia, para seguir en el camino del Creador del amor y del perdón. Sus antepasados eran conocidos por ser “sanadores tradicionales”, es decir, eran brujos, y esa reputación la tenía también Zura.

Cuando los milicianos hutus, fuertemente armados, se acercaban a su aldea, ella abrió su pequeña casa de dos cuartos, para convertirla en un refugio para tutsis, burundeses, bebés que se quedaron solos porque sus madres habían sido asesinadas e incluso tres europeos que infelizmente estaban en esa zona cuando llegaron los atacantes. Eran mas de 100 personas que se escondieron bajo su cama, en el techo, y hasta en un pozo que había cavado. Había tanta gente escondida, que era imposible que su casa pase desapercibida. Pero Zura estaba dispuesta a salvarlos, aun a desmedro de su vida.

Zura aprovechó la reputación de su familia, y cuando llegaron los atacantes, ella se vistió de bruja, se cubrió con una hierba local, tanto que si alguien la tocaba le irritaba la piel y salió sacudiendo sus brazaletes, vociferando conjuros. La única arma de la mujer fue asustar a los asesinos, con la amenaza que soltaría espíritus para que los persiguiesen a ellos y a sus familias. 

Milicia hutu

Muchos testigos cuentan que, los milicianos retrocedieron, pero no se fueron, se quedaron varios días en la aldea, esperando que la mujer se cansara. Zura, no desfalleció y permaneció como fiel guardian, cuidando lo que mas apreciaba: la vida de sus amigos y de los mas débiles. Inclusive, en un reportaje del 2014, el periódico The East African, cuenta que un sábado volvieron al ataque los asesinos hutus, más bravos y más decididos, no obstante, salió a su encuentro esta guerrera del amor y les dijo: «Les advierto, si ustedes matan a quienes se refugian en mi casa, se están cavando su propia tumba». Nadie en esa casa perdió la vida.

Zura[1]cuenta que tenía miedo, pero al recordar las caras y gemidos de terror de las personas que se encondían en su casa, se llenaba de valor, y no le importaba entregar su vida, con tal de salvar a esa gente, porque había entendido que pase lo que pase es mejor dar que recibir. 

Mi apreciado(a) compañero(a) de fe, las calles de tu ciudad deben estar atestadas de luces, de compras y gente atorada en los tráficos, queriendo llegar a casa, para disfrutar de la mejor cena y los regalos mas apreciados, porque por estas fechas todos esperan algo especial. No obstante, en medio de este mundo tradicional y consumista, levántate como un representante del amor Dios, y no esperes nada, entréga todo lo mejor, y esto es, perdón, esperanza y fe. 

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La gente está corriendo, la gente está apurada, la gente está gastando para que todo sea perfecto esta noche, mañana. ¿Cómo estás tú? ¿quieres una noche perfecta o una mañana espectacular? ¿piensas que el regalo mas caro o mas moderno es lo que necesita tu familia, tus amigos o los que te rodean? Sigue los caminos de Zura, pregúntate que puedes hacer para salvarlos, porque la culpa, soledad, resentimiento o miedo, merodean como asesinos de una vida con sentido. ¿Ya sabes lo que vas a hacer?, !Hazlo!, y sabrás que es mejor dar que recibir./////////////.

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[1] Zura Karuhimbi falleció la semana pasada en la aldea de Musano, a una hora de la capital de Ruanda, Kigali. Su historia, no obstante, llegó hasta los escalafones más altos de su país y, en 2006, le otorgaron la Medalla por la Campaña contra el Genocidio. Ella es una personalidad importante en Ruanda.